¡Vaya susto y vaya suerte han tenido! Gwen Wunderlich estaba en el avión, ya en la pista del aeropuerto de La Guardia, camino a sus vacaciones en Costa Rica, cuando recibió una llamada: la canguro a la que había contratado para ocuparse de sus dos perros histérica porque uno de ellos, un gran mestizo de Chow Chow llamado Cash, había escapado. Corriendo en dirección a Manhattan, no precisamente en medio del campo ¿Qué hizo Gwen? Pues rogar a las azafatas que la dejaran bajar del avión, era una cuestión urgente... Menos mal que accedieron y así comenzó una aventura que parece una película de acción perruna. Con final feliz.
PD: En la sección de Perdidos / Encontrados en nuestra web podréis ver cuántos canes esperan tener la misma suerte que Cash. Siguen buscando desesperadamente a Camilo, el pequeño Teckel que se perdió este verano en Grândola , en Portugal.
Este es el resumen de ese periplo según lo ha compartido Gwen en su facebook.
"Después de 3 semanas local, estaba feliz de subirme a un avión de Jet Blue camino a mis merecidas vacaciones en Costa Rica. El vuelo tenía que salir a las 7:02. A las 6:50 llamé a los canguros que se habían quedado en mi casa para asegurarme que habían sacado a los canes. Ninguna respuesta.
A las 6:55 am recibo una llamada frenetica, Cash se había escapado y no podían encontrarlo por ningún lado. Habían llamado a todos los contactos que les dejé en la zona, estaban llorando. Yo entré en pánico, mi corazón a mil por hora. Literalmente me dolía el pecho. Estábamos ya en la pista del aeropuerto, sabía que solo tendría un minuto para poder bajar del avión. Les grité a las chicas que fueran a buscar a mi perro y llamé a las azafatas. Yo estaba llorando y les dije que tenía que bajar por una emergencia familiar. Avisaron al piloto y dio la vuelta anunciando que una pasajera tenía que desembarcar por una emergencia. ¡Gracias a Jet Blue!"
Gwen salió corriendo del aeropuerto, contactando con todo el que pudo por la zona, compartiendo lo sucedido en sus redes...
Iban buscando por las calles de la zona en la que se perdió pero nadie le había visto. Entonces entró en una comisaría de policía y le dijeron que habían recibido un aviso de un perro que iba solo por el puente de Brooklyn al que nadie pudo cojer. Era Cash, iba por el carril de los coches. Gwen y sus amigas subieron a un coche y fueron de camino mientras seguían llamando a diestro y sinestro, al centro de control animal, a otras comisarías, para lograr que más gente se movilizara.
Sus esfuerzos surtieron efecto, le llamaron del Centro de Control Animal, alguien había visto a Cash en Queens. Luego ya en Manhattan, y ella seguía yendo de un lado para otro en pos del can al que adoptó seis años atrás.
Entre medias logró que la entrevistaran en CBS para correr la voz también en TV y le llegaban mensajes de diversos sitios en Manhattan, de gente que creía haber visto a su perro. La policía había dado la alerta en todo Nueva York.
Llevaban más de 8 horas de búsqueda desesperada cuando, por fin, recibió la llamada que esperaba. Alguien avisó a la policía porque un perro se había colado en un delicatessen y se había echado tras el mostrador. Así, sin más. Menos mal porque allí es donde por fin lograron cogerle.
Era Cash. Lo habían llevado al Centro de Control Animal.
Este es el recorrido de Cash en esas 8 para que os hagáis una idea... Lo han mapeado en el Daily News Una pasada la escapada del can en una ciudad repleta de coches... él no sabe la suerte que ha tenido.
El can tuvo que pasar la noche en el Centro de Control Animal porque -por ley- tenía que ser esterilizado. Pero ya está de vuelta en casa con Gia, su compi perruna, y con Gwen.
Os recordamos lo que hay que hacer si se pierde un perro.
Y compartimos de nuevo el caso de Camilo.