La hiperhidratación o intoxicación por agua es un riesgo desconocido para la mayoría de personas perrunas. Es muy raro que suceda pero sí sucede y no está de más ser un poco precavidos para evitar riesgos y conocer los síntomas para actuar con rapidez porque es potencialmente mortal para los perros.
Le ocurrió a Grub, el Jack Russell de la foto: él estuvo jugando y bebiendo el agua que salía a presión de la manguera tras un largo viaje y al rato empezó a vomitar, a hacer mucho pis y entonces se desplomó. Sus dueños lo llevaron de inmediato al veterinario pero no pudieron hacer nada por él, el can entró en coma y murió a las pocas horas. Su familia ha compartido lo sucedido para advertir sobre este grave peligro que ellos desconocían por completo, para intentar que su tragedia sirva para concienciar e informar a otros dueños de canes.
Más recientemente le ha ocurrido a este joven Border Collie:Winter pasó un rato, una hora, jugando en una piscina para perros que tenía dos dedos de agua. Debió de tragar demasiada agua mientras jugaba...
Un accidente incomprensible que ha dejado a su familia devastada porque Winter murió a las pocas horas.
La intoxicación por agua, que da como resultado la hiponatremia, es un trastorno relativamente poco frecuente pero potencialmente mortal que afecta a perros a los que les obsesiona jugar en el agua o con el agua.
Es más peligroso en cachorros y cuanto más pequeño sea el perro puesto que es más fácil que su cuerpo acumule más agua proporcionalmente. También es más peligroso para perros muy delgados, según parece porque su metabolismo es más rápido.
Perros a los que les encanta recoger pelotas o juguetes en el agua, canes que se vuelven loquitos atrapando agua a presión de una manguera o de un aspersor... En ambos casos se corre el riesgo de que traguen demasiada agua demasiado rápido.
No es que sea peligroso que jueguen con el aspersor o que jueguen con una pelota mientras nadan en la piscina, lo que es peligroso es que lo hagan demasiado tiempo.
Si ingieren mucha cantidad de agua "se produce una excesiva dilución del sodio en la sangre y se incrementa la producción de hormona antidiurética." Entonces, para tratar de recuperar el equilibrio, las células acumulan más líquido en su interior y la consecuencia es que se inflaman órganos vitales, incluyendo el cerebro lo que puede causar un edema cerebral.
Algunos estudios que se han llevado a cabo en el pasado mostraron que la toxicidad comienza cuando un perro bebe una cantidad de agua igual a un tercio de su peso.
Los síntomas de la intoxicación por agua son: pérdida de coordinación, andar tambaleándose, letargo, vómitos, ojos vidriosos, exceso de saliva, dificultad para respirar, convulsiones.
¿Cómo evitarlo? Lógicamente, supervisando a tu can. Si juegas con él en una piscina o en un embalse, asegúrate de que haya muchos momentos de descanso sin estar a remojo. Y si es de los que se vuelven locos en cuanto ven un aspersor, ten cuidado para que no beba demasiada agua.
Si tu perro es de los que disfruta atrapando pelotas en el agua una alternativa puede ser conseguirle juguetes planos para que así abra menos la boca y trague menos agua pero en cualquier caso lo óptimo es no excederse con esos juegos acuáticos.
También hay que evitar que un perro beba en exceso después de hacer ejercicio. Es normal que beba más de lo habitual pero no le rellenes el cuenco de agua de nuevo hasta que no haya descansado un rato.
También puede suceder en la playa aunque por razón opuesta: si un perro bebe demasiada agua salada entonces puede sufrir un envenenamiento por sal (hipernatremia), igual de potencialmente mortal. Asegúrate de que tu can siempre tenga cerca agua fresca para que no le entre la tentación de beber demasiada agua en el mar.
¿Qué hacer si crees que tu perro sufre una intoxicación por agua? De inmediato al veterinario.
Comunícale a tu vete lo que crees que ha sucedidopara ayudar en el diagnóstico puesto que los perros pueden morir en 3-4 horas tras una ingesta excesiva de agua.
El tratamiento de la hiponatremia en perros generalmente consiste en administrar IV electrolitos, diuréticos y medicamentos para reducir la inflamación cerebral.Dado que un can puede morir en sólo dos horas, es clave comenzar con ese tratamiento cuanto antes.