Un análisis pormenorizado de literatura científica y estudios de los últimos 27 años en torno al vínculo entre humanos y animales y las situaciones de separación forzosa en entornos de violencia doméstica, falta de vivienda y desastres naturales revela las graves consecuencias de no tener en cuenta la importancia de esa relación.
Perros y gatos son extremadamente vulnerables en situaciones de crisis y las personas que se enfrentan a una separación forzada de sus animales experimentan impactos significativos en su salud, bienestar y seguridad.Aumentan las conductas de riesgo y, en caso de muerte o pérdida del animal, el trauma psicológico y estrés agudos.
Cuando las personas se ven obligadas a separarse de sus perros o gatos en el contexto de una situación de crisis, como un desastre natural, la falta de vivienda o la violencia doméstica, esto puede provocar angustia psicológica y el riesgo para su salud, bienestar y seguridad se ve seriamente afectado. concluye la responsable de la investigación, Jasmine Montgomery, de la Universidad James Cook de Australia.
La preocupación por la seguridad y el bienestar de sus animales así como la falta de apoyo son factores clave que hacen que las personas se muestren reacias a huir de sus hogares cuando se ven afectadas por la violencia doméstica. Y este estudio revela que un resultado común para los animales en casos de violencia de genéro es el maltrato y/o la muerte.
Es más, "en aquellos casos en los que se hacen amenazas a los animales, el perpetrador puede atraer de vuelta a las víctimas, lo que también supone un riesgo significativo para su seguridad".
Y no solo eso, se encontraron resultados de niños que presenciaron abuso y experimentaron angustia, incluido un mayor riesgo de que los pequeños lleguen a reflejar el comportamiento abusivo hacia el animal, como lastimarlo o incluso matarlo.
Los desastres naturales también significan un desafío considerable, con la posibilidad de que una persona regrese a buscar a sus animales durante un período peligroso o que se quede para protegerlos, poniéndose a sí misma y a otros en riesgo.
Para los investigadores es significativo que la “superioridad” humana y las disparidades sobre quién es responsable del bienestar de los animales sean tan presentes en la forma en la que se plantea la ayuda durante una crisis.
Esta visión antropocéntrica arraigada influye en las conductas de riesgo, la angustia psicológica, la pérdida o muerte de los animales de compañía y la falta de confianza en la búsqueda de ayuda en momentos de crisis debido a las posibles repercusiones de la separación forzada.
"A menudo, se espera que la gente elija los intereses humanos sobre los animales a toda costa, sin considerar el vínculo compartido entre humanos y animales", concluye Montgomery.
También en el caso de las personas sin hogar, el vínculo con sus animales es crucial: fue la razón para retrasar tratamientos de salud o la hospitalización así como la causa de enfrentarse al riesgo de quedarse sin hogar durante un período prolongado. Por el contrario, hay estudios que muestran los beneficios para la salud física y psicológica de aquellos que pudieron estar con su animal mientras estaban sin hogar.
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