Seguro que recordáis la serie de fotos del último día de Duke, unas fotos aparentemente sencillas pero realmente emocionantes. Esas imágenes de un can disfrutando junto a sus humanos en su último día en la tierra se hicieron virales, en todo el mundo. Y eran obra de una fotógrafa muy especial: Robyn Arouty
Su trabajo tiene una sensibilidad muy particular, un ojo original y divertido pero también muy cuidadoso. Ella bromea en su blog que no le importa hacer las cosas más locas o embarazosas para conseguir la foto perfecta: sabe conectar con la personalidad de cada uno porque antes de dedicarse a retratar gente y también a sus animales, fue psicoterapeuta.
Pero no es sólo eso, también aclara que es una constante y tenaz defensora de la adopción de animales. Tiene un programa llamado PocketShots por el que dona 25$ de cada sesión de fotos a protectoras de Houston y ya ha logrado recaudar más de 50.000 $con retratos tan fantásticos como este.
Ella cuenta historias con sus fotos, sobre todo las que publica en su blog, como esta serie que ayer me envió una amiga.
Unas imágenes increíbles con un título más que pertinente: Cuando ya creías haberlo visto todo, te topas con esto.
Una pequeña Yorkie que había sido madre recientemente abandonada junto a dos gatitos. Sí... alguien había dejado a estos tres seres en el jardín de una casa. La perra cuidaba de los gatos como si fuera su madre.
Y lo hacía, recalca Robyn, con alegría.
El trío (podéis ver más fotos de ellos en el blog de Robyn) ya está a salvo: han sido acogidos por Buster's Friends Rescue y sólo esperan encontrar un hogar definitivo al que alegrar. Ya tienen nombre, ¡y vaya nombres tan buenos les han puesto! Duchess, William y Kate :-)
Si en el portfolio de Robin se encuentran todo tipo de retratos de humanos y de canes, la gran mayoría plenos de buen humor, su blog está plagado de historias de las que es imposible despegarse, de esas que se te enredan en la mente y el alma. Perros que habían sido abandonados, severamente maltratados, y que ahora tienen una verdadera segunda oportunidad.
Más despedidas como la de Duke, aunque todas son absolutamente diferentes porque ningún perro es igual, como tampoco lo es nuestra relación con cada uno de ellos. ComoShadow, una perra cuya existencia marcó para siempre a los humanos que la compartieron con ella.
Su sentido del humor y sus ganas de disfrutar son evidentes en su trabajo. Arouty es capaz de captar el vínculo entre humanos y animales con gran originalidad, crea instantes que hacen sonreír, capta miradas y gestos...
Si entráis en su facebook veréis fotos como esta que me ha encantado, complicidad feliz.
También me ha encantado este retrato de Clemmie Lou, una perra de terapia, junto a su humana.
Si queréis seguir disfrutando con el trabajo de Robyn Arouty: en su web y en su facebook encontraréis muchísimas fotos memorables. Muy, pero que muy fan de esta fotógrafa.