Mason tiene a su vera un compañero constante, Ozzy, su perro de asistencia. Ahora sus padres están más tranquilos y él está considerablemente más feliz porque ahora tiene quien le ayude en el día a día. Y es que con cinco años, a Mason le diagnosticaron Distrofia Muscular deDuchenne,una grave e incurable dolencia degenerativa que causa la pérdida de función de los músculos.
La familia de Mason sabía que un perro de asistencia podría ser una enorme ayuda pero no tenían los recursos para conseguirlo.
Y fue entonces cuando en su colegio, Carson City Elementary School, todos decidieron ponerse manos a la obra y organizaron una gran recogida de fondos... La iniciativa conectó con miles de personas en su ciudad y en todo EEUU y así fue como consiguieron recaudar los más de 12.000$ que cuesta un perro de asistencia entrenado, así fue como el bello Ozzy llegó a su vida.
El resultado salta a la vista.