"200 perros de caza se están cociendo en los zulos de chapa del camino Carbonell sin aire y ventilación a 40 grados mientras los cazadores y usted que lo consiente duermen la siesta bajo el aire acondicionado ¿Hasta Cuando?",esta es la pregunta que le lanzan al Alcalde de Córdoba desde Galgos del Sur.
Y es una pregunta recurrente, por desgracia, porque es la misma que se hacen en ANAA y FAPAM tras haber rescatado a más de 100 perros en un estado lamentable en Torrelaguna, Madrid, perros de cazadores que de nuevo malvivían en una rehala infecta. No es un caso aislado, esto se reproduce allá donde haya cazadores que utilizan a sus perros como herramientas.
Las perreras se encuentran al final del Camino de Carbonell, junto al río Guadalquivir, en el término municipal de Córdoba, y se componen de construcciones rudimentarias, en su mayoría chabolas y zulos, que son propiedad de cazadores que tienen allí viviendo a sus perros en condiciones insalubres, unos 200 canes, en su mayoría podencos, galgos, alanos, bretones y bracos.
Según detallan desde Galgos del Sur, muchos están atados con cadenas permanentemente, en interiores sin ventilación, sin apenas poder moverse y sin ver la luz del sol, incluso sin acceso a agua ni comida. Allí soportan temperaturas de 40º con cubos de agua vacíos y mendrugos de pan en el suelo como único alimento.
El olor a heces y orines es insoportable, haciendo el ambiente irrespirable. A simple vista se aprecian perros enfermos, heridos e incluso cojos que no reciben atención veterinaria.
"Esta es la vida de estos perros la mayor parte del año, excepto cuando salen a cazar.Son animales esclavos, condenados a una existencia cruel, a una vida de maltrato, abandono y sufrimiento, al servicio de un colectivo de personas que se divierten practicando la actividad cinegética.
Además, se da la circunstancia de que algunas de estas perreras albergan perros de rehalas, que son utilizados para las monterías. Una actividad que el Gobierno de la Junta de Andalucía ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC)."
Desde Galgos del Sur lo han denunciado ante el Ayuntamiento de Córdoba, el SEPRONA y la Junta de Andalucía.
Y lo están denunciando en redes igualmente, para intentar presionar a las autoridades.
Desde la protectora también animan a escribir al Alcalde de Córdoba para dejar constancia del horror que genera ese tipo de lugares infectos donde los perros malviven y mueren: secretaria.presidencia@ayuncordoba.es
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