Las cianobacterias, también llamadas algas verdeazules, verde-azuladas o cloroxibacterias, no son realmente algas pero lo parecen y su nombre se debe tanto a la presencia de pigmentos clorofílicos que le confieren ese tono característico como a su similitud con la morfología y el funcionamiento de las algas, explica la wikipedia.
Aunque no todas las floraciones cianobacteriales son tóxicas, hay que tener mucho cuidado porque algunas son sumamente peligrosas para los perros (no hay ningún tipo de antídoto y pueden llegar a ser mortales). También son tóxicas para los humanos aunque en nuestro caso muy rara vez llegan a ser tan graves.
Se pueden encontrar sobre todo en épocas de mucho calor en embalses, lagos o arroyos (en agua dulce). En 2024, la Xunta ha prohibido el baño y las actividades acuáticas en el pantano de Portedemouros y en el Área recreativa de Brocos. En el verano de 2023 se alertó de la presencia de cianobacterias en Córdoba (La Colada, El Viso), en 2022 sucedió en Doñana (Dehesa de Abajo), también en La Colada, en Vilasouto (Lugo) y en Zaragoza. En 2021, en Murcia...
El calentamiento global hace que esos episodios sean cada vez más frecuentes y por eso mismo se monitoriza la salud del agua en las zonas que son aptas para el baño de las personas.
El problema es que a simple vista no se puede saber si estamos ante una proliferación cianobacteriana tóxica, como explican con todo detalle en este documento de los CDCs
Las cianobacterias que producen toxinas pueden resultar mortales para los animales que habitan el mismo ambiente o beben el agua (es lo que está sucediendo, justamente, en Doñana: unas 70 aves han muerto en el verano de 2022)
Las alertas en España no son muy frecuentes pero suceden y hay que prestarles atención: en el verano de 2019 se recomendó no bañarse en una zona del Manzanares, en La Pedriza y, por la misma razón, la Xunta de Galicia colgó carteles como este en varios embalses:
El fenómeno se hace importante sólo cuando hay una floración (una explosión demográfica), lo que ocurre a veces en aguas dulces o salobres, si las condiciones de temperatura son favorables (cuando hace mucho calor) y abundan los nutrientes, sobre todo el fósforo, aclara la wikipedia.
Los riesgos para el perro dependen del tipo de toxina, la cantidad consumida, el tiempo de exposición a la toxina y el tamaño del perro.
Los efectos pueden ocurrir inmediatamente después de exposiciones repetidas, en las primeras 24 hs. o los días siguientes. Los perros más pequeños, de menos de 18 Kg., tienen riesgo más alto para la misma concentración de toxinas.
En EEUU, el Reino Unido y Canadá cada verano ocurre alguna desgracia, algún perro muere tras bañarse en algún lago donde había cianobacterias.
En España también sucede pero, de nuevo, es menos frecuente: en 2019 varios canes perdieron la vida por esta razón en Málaga.
En el Reino Unido, Canadá y EEUU las advertencias cuando llega el verano suelen ser constantes: algunos estados, como Texas, incluso ofrecen información que se actualiza constantemente en verano para alertar y evitar tragedias.
Evita cualquier área estancada en cuya superficie u orilla veas verdín o las características "algas" verdeazules. Si huele mal o huele raro, si ves algún pez muerto... No dejes a tu perro bañarse o beber en ese tipo de espacios.
Pese a que no todas estas cianobacterias son tóxicas, es imposible distinguirlas a simple vista. Y no hay antídoto para aquellas que sí son venenosas para los canes.
Por eso mismo la recomendación esencial es limitar al máximo la exposición ante esa posible toxina.
Tal y como explican desde el Ministerio de Salud de Argentina, si tu perro se baña en una zona donde haya matas o desechos flotantes sácalo de inmediato: no dejes que se lama la piel o las patas al salir,lávalo bien con agua limpia y usa una toalla o trapo para retirar los restos de algas pegados a su cuerpo.
Vómitos
Diarrea
Convulsiones
Debilidad / colapso / inconsciencia
Desorientación / confusión
Babeo
Dificultad para respirar.
Hay que tener en cuenta, explican en Pet Poison Helpline, que los signos clínicos de intoxicación dependen de la toxina involucrada.
Las microcistinas pueden provocar daño o insuficiencia hepática. Los signos de daño hepático incluyen vómitos, diarrea, sangre en las heces o heces negras, alquitranadas, debilidad, membranas mucosas pálidas, ictericia, convulsiones, desorientación, coma y shock. La muerte generalmente sigue en unos días como resultado de insuficiencia hepática.
Aunque no hay antídoto, si se detecta a tiempo la intoxicación sí puede ser tratada y superada. Por eso es clave ir rápidamente al veterinario.
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