"How faling in love is like owning a dog..."Resulta que hay un poema que asemeja el enamorarse a tener un can. Un poema lleno de humor y amor, tanto perruno como humano, unas palabras que logran transmitir perfectamente y de manera original, cálida y sonriente algo tan personal.
Enamorarse es como tener un perro, así se titula este vídeo de Love Madly que narra en imágenes la boda de Marta y Brock, un vídeo que recoge los aspectos más importantes de su vida, la pasión por el deporte y sus dos "chicos", los puggles Henry y Bufy.
"Faling in love is like owning a dog..."es la lectura que eligieron estos novios, la que iréis escuchando a lo largo del vídeo.
Muy apropiado para ir pensando en cómo celebrar San Valentín -versión San Canentín, por supuesto :-) Y, de propina, hemos traducido el poema, lo encontraréis tras el vídeo.
Taylor Mali es el autor de este maravilloso poema que se ha convertido, con razón, en una lectura favorita en muchas bodas en EEUU, bodas de humanos perrunos, claro.
Ha inspirado también esta preciosa animación, obra de Victor Gan
Merece la pena leer el texto entero, lo encontráis aquí. Como, evidentemente, está en inglés, aquí os dejamos una traducción express.
Lo primero, es una gran responsabilidad,
sobre todo en una ciudad como Nueva York.
Así que piénsatelo mucho antes de optar por el amor.
Por otro lado, el amor te da seguridad:
cuando vas andando por la calle a última hora de la noche
y tienes ese vínculo con amor
nadie te va a molestar.
Porque los ladrones y chorizos piensan que el amor es impredecible.
A saber lo que el amor podría hacer para defenderse.
En las frías noches de invierno, el amor es cálido.
Se acomoda a tu lado y vive y respira
y hace ruidos peculiares.
El amor te despierta a cualquier hora de la noche con su necesidad.
Necesita ser alimentado para que pueda crecer y estar sano.
Al amor no le gusta estar solo mucho tiempo.
Pero cuando vuelves a casa, el amor siempre está feliz de verte.
Puede romper algunas cosas debido a su pasión por la vida,
pero no puedes permanecer enfadado con el amor mucho tiempo.
¿Es el amor bueno todo el rato? ¡No, qué va!
El amor puede ser malo. Malo, amor, malo! Muy malo.
El amor causa estropicios.
El amor te deja pequeñas sorpresas aquí y allá.
El amor requiere que recojas lo que deja tras de sí.
A veces sencillamente quieres cortarle las pelotas al amor.
A veces quieres coger un periódico enrollado
y pegarle un topetazo al amor en la nariz,
no para hacerle daño,
sino para decirle, ¡no vuelvas a hacer eso!
A veces el amor tiene ganas de salir a dar un largo paseo.
Porque el amor adora el ejercicio. Te hará dar vueltas y más vueltas,
dejándote sin aliento, sin respiración. Te estirará en direcciones opuestas
al mismo tiempo, o se te enroscará una y otra vez
hasta irritarte al máximo y dejarte paralizado.
Pero el amor consigue que conozcas gente nueva por doquier.
Gente que no tiene nada en común salvo el amor
se para y hablan los unos con los otros en la calle.
Tira cosas y el amor te las traerá de vuelta,
una vez, y otra vez, y otra vez.
Pero sobre todo, el amor necesita amor, muchísimo.
Y a cambio el amor te ama y nunca cesa.