Esta es la historia de un perro con mucha suerte, de un can que nació en Tailandia y que ahora vive en Canadá. Un viaje de película sólo posible por el tesón de una persona con nombre y apellidos -Meagan Penman- y la bondad de muchos desconocidos.
Este es Leo, o más bien así era un perro que entonces no tenía nombre cuando Megan le conoció, en una playa de Tailandia.
Meagan estaba de vacaciones allí cuando se topó con un can que no podía usar sus patas traseras, flaco y lleno de pulgas...
Contactó con protectoras locales pero ninguna podía hacerse cargo de él.
No desistió, no pensó que fuera imposible, no miró hacia otro lado: llevó al perro al veterinario y allí descubrieron que tenía la espalda rota, no podría andar nunca.
Mientras continuaba su viaje por Tailandia puso en marcha su plan para lograr que Leo viajara a Canadá, donde ella sabía que podría tener una vida mejor.
Creó una página para recaudar fondos y también una página de facebook para compartir la historia de Leo: Help Save Leo 170 personas de todo el mundo aportaron su granito de arena, así hasta 7000 dólares.
Megan sabía que ella no podría ocuparse del can por su trabajo -es modelo y no para mucho en casa- pero le buscó un hogar de acogida en Canadá.
Y gracias a las donaciones pudieron organizar el traslado de Leo desde Tailandia a su nueva casa. Junto a Jamie Smith.
Leo, como podéis imaginar, se ha adaptado a la velocidad del rayo a su nueva vida. No tendrá playa, pero tiene una cama calentita y mucho cariño.
Jamie se planteaba adoptar a Leo pero había un problema importante, el dinero. Los cuidados que necesita y necesitará de por vida Leo por sus problemas de movilidad no son baratos y ella no disponía de esos recursos.
Pero, de nuevo, recurrieron a la bondad de los desconocidos y, de nuevo, la gente respondiósuperando todas sus expectativas: Leo ya tiene todo el dinero que necesita.
Incluso le han organizado una silla de ruedas, a través deK9 Carts - The Pet Mobility Rehab Center, y ahora puede andar y corretear mejor que nunca.
Son historias como estas las que, por muy cliché que sea, te hacen recuperar la fe en la humanidad. Sin palabras por todo lo que ha conseguido Meagan Penman.