Cuando McKenzi estaba luchando contra el cáncer hubo dos cosas que le devolvieron la ilusión: la posibilidad de ser princesa por un día en Disneylandia -algo que se hizo realidad gracias a la Fundación Make-a-Wish- y tener un perro. Sus padres prometieron que en cuanto sus sistema inmune lo permitiera, la llevarían a una protectora. Esto sucedió cuando tenía cinco años pero al ir a buscar a su cachorro encontró un lugar que a ella le pareció dramático. "¿Por qué hay tantos perros tristes aquí?", preguntó a su padre, "¿no hay una Fundación Make-a-Wish para perros?"
Ese fue el germen de poundWISHES, intentar cumplir los deseos de todos esos perros igual que se cumplieron los de McKenzi, intentar que dejaran de estar tristes...
McKenzi siguió insistiendo y trabajando en su idea y cuando cumplió 12 años ella y su padre lanzaron poundWISHES: esta organización ahora apoya a más de 800 protectoras en todo EEUU ayudándoles a recaudar fondos a través de campañas de crowdfunding y dando visibilidad a los casos que lo necesitan.
También fomentan la adopción conectando a esas protectoras con personas que están pensando en incorporar un animal a la familia...
Esta es la historia de McKenzi y de un proyecto realmente chulo: calculan que han ayudado ya a más de 3000 animales, ¡toda una inspiración!