George Washington, el primer presidente de EEUU, era muy perruno. Se podría decir que él inauguró la tradición, ahora rota por Donald Trump, sobre los canes que acompañan a los dignatarios americanos en la Casa Blanca. De hecho, hoy en día se puede visitar el majestuoso hogar de este soldado y político... con perro e incluso ofrecen un recorrido de los jardines y el campo que rodea a la casa mientras te explican la historia de los perros de George Washington. Aunque uno de los perros por los que se le recuerda, del que hablamos hoy, resulta que no era suyo, sino de su enemigo.
La nobleza de George Washington con los canes quedó demostrada en plena Guerra de Independencia de EEUU. Resulta que hacia el final de la Batalla de Germantown -que perdieron los americanos- los soldados encontraron a un pequeño terrier. No era un perro cualquiera, se percataron que tenían en su poder al can ¡del general que lideraba a los británicos, el General Howe!
La vida de ese aventurero corría peligro. Como mínimo, los soldados sugerían quedárselo para minar la moral del General Howe. Pero George Washington se negó a utilizar a un perro para algo así.
Se ocupó de que le dieran de comer y luego Washington decretó una tregua y envío a sus soldados a devolver al perro a su dueño, al General Howe.
Este sorprendente relato es una historia real, queda para la posteridad la carta que Washington escribió a su enemigo, la que fue colocada dentro del collar del can. Incluso hay un libro dedicado a este momento por lo mucho que revela sobre Washington, su carácter y su forma de entender la vida y la guerra.
Podéis ver una nueva versión de esa maravillosa anécdota en este gran anuncio de Pedigree.El spot demuestra, con originalidad, el mismo lema de sus anteriores campañas; los perros sacan lo mejor de los humanos.
Emocionante y francamente bueno.