Es mejor no decir demasiado sobre esta historia para que podáis disfrutarla al 100% Sólo os adelantamos que tiene final feliz y que hay que verla, efectivamente, hasta el final :-) Janice Lee y Meg Pangiochi demuestran tanta imaginación como arte al describir con originalidad el vínculo que se establece entre los niños que tienen amigos perros.
Kit tiene solo tres años y se enfrenta con la posibilidad de que su perro Biscuit ya no esté a su lado.
Ella lo hace como solo un niño puede hacerlo, echando a volar su imaginación... Algo que sería natural para una niña tan pequeña puesto que hasta aproximadamente los cinco años los pequeños no entienden realmente el significado de la muerte.
Pero en este caso, historia no queda ahí, como veréis:
Ojalá siempre fuera así, con y sin imaginación infantil de por medio...