Los perros huelen el mundo y, además, son increíblemente adaptativos, demuestran mucha más facilidad que las personas para adaptarse a una nueva realidad: desde canes a los que amputan una pata y a los pocos días están corriendo como si nada a perros que se quedan ciegos y aprenden a navegar por el mundo apoyándose en sus otros sentidos, sobre todo el olfato.
Este perrete es ciego y capaz que un tanto sordo, pero su olfato funciona perfectamente, gracias. Y su alegría cuando detecta a su persona favorita es fabulosa y contagiosa.
Para morir de amor unas cuantas veces.
Algo parecido a lo que le sucede a estas otras perras, una de las cuales ya había asomado su trufa por aquí.
Es la traducción olfativa del vínculo entre personas y perros en acción, complicado no emocionarse al contemplar algo tan bello.
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