Dentro del mayúsculo drama que se vive en Los Ángeles, donde el fuego ha dejado ya 16 muertos, arrasando a su paso 15.000 hectáreas, este es un drama con final doblemente feliz porque Casey Colvin no estaba en casa cuando se desataron los incendios, estaba en el trabajo, y no le permitían volver, la zona había sido evacuada.
En esos momentos él no sabía si su hogar se habría quemado, no tenía forma de llegar y estaba desesperado porque allí estaban Oreo y Tika Tika Tika, sus dos perretes.
Llegó lo más cerca que le dejaron y allí fue donde un bombero le vio, llorando y absolutamente angustiado y trató de ayudarle: tomó su dirección y fue a su casa: comprobó que no se había quemado y pudo rescatar a uno de sus perros, a Tika Tika Tika (podéis ver ese momento en el instagram de esta periodista que ha compartido toda la historia).
Pero Oreo no estaba, parece que escapó porque tuvo miedo.
Y entonces los incendios siguieron avanzando y la casa de Casey se quemó por completo... De no haber sido por ese bombero, sus perros habrían muerto allí.
Pasaron varios días, alguien llegó a ver a Oreo en la calle, ¡¡estaba vivo!! Los bomberos le pusieron cuencos con comida para ver si conseguían así que se acercara y cogerlo. Pero no hubo manera. Casey incluso estuvo durmiendo cerca, sobre los escombros de la casa de unos vecinos dado que seguían sin dejarle acceder a la suya porque era demasiado peligroso.
Hasta que... cinco días después, cinco días de pesadilla en un entorno que debió de ser aterrador para el pobre perrete, por fin Casey pudo encontrar a Oreo.
Imposible no acabar llorando al ver estas imágenes y conocer la historia de Casey.
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