La mayoría de protectoras ofrecen consejos a sus adoptantes para evitar que esto suceda pero... sucede y con mucha más frecuencia de lo que pudiéramos pensar: perros recién adoptados que se pierden cuando llevan pocas horas o pocos días en su nuevo hogar.
Un descuido, una puerta abierta del coche o de casa, un susto con tirón de correa... en los primeros días y meses tras una adopción hay que ser extremadamente precavidos tanto en los paseos como en casa porque ese can aún no sabe que está en su nuevo hogar, aún no sabe que está con su familia para siempre y podría escapar.
Es lo que sucedió en este caso: Erika y su hijo, Lukas, perdieron a su perra, Gidget, casi inmediatamente después de adoptarla. Al llegar a casa de la protectora, cuentan, el chaval abrió la puerta del coche sin pensarlo dos veces. Y la perra... tampoco se lo pensó, salió corriendo.
Pasaron 50 días removiendo cielo y tierra para tratar de localizar a Gidget. Casi perdiendo la esperanza dado que la perra no tenía ninguna referencia en esa zona... pero el milagro ocurrió.
Ahora, por fin, son una familia y está claro que no dejarán que Gidget vuelva a perderse :-) No os perdáis el reportaje y, sobre todo, si estáis pensando adoptar o si conocéis a alguien que vaya a adoptar, seguid los consejos de la protectora y tened mucho cuidado desde el momento en el que ese can suba a vuestro coche y a lo largo de los primeros meses para evitar sustos o desgracias.
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