"Mientras el hombre discute si abre o cierra fronteras, el perro da ejemplo". Esta frase, demoledora y certera, explica la razón de ser de este proyecto que es a la vez maravilloso y desolador: no debiera de ser necesario, pero lo es. El mejor amigo del refugiado es una iniciativa que ha lanzado enSão Paulo INATAA,una asociación sin ánimo de lucro que promueve el bienestar de las personas a través de las terapias asistidas con animales. Y su objetivo es, justamente, acompañar a los refugiados, que los perros ejerzan de puentes entre humanos, algo que ellos hacen tan bien, que los canes sirvan de apoyo emocional a gente que lo ha perdido todo, que ha atravesado un infierno...
Según explican en la web de INATAA, Brasil es uno de los principales destinos de refugiados de guerra en América Latina: miles de adultos, ancianos y niños sirios, nigerianos, haitianos y angoleños viven en refugios en este país.
Por eso han decidido crear un servicio pionero en el mundo, sesiones de terapia con perros 100% enfocadas a las necesidades emocionales de los refugiados.
Los políticos discuten sobre el cierre de las fronteras, muchas personas muestran su rechazo a la llegada masiva de refugiados pero los perros no juzgan, ellos no entienden de raza, religión o clase social. Por eso desde INAATA tienen un consejo claro: Más perros y menos intolerancia.
Con este vídeo han dado a conocer su proyecto El Mejor Amigo del Refugiado.
El proyecto ya está en marcha y está surtiendo efecto. Esto es lo que cuentan sus responsables:
"Todos estábamos ansiosos ... En el grupo de voluntarios, había una mezcla de ansiedad por hacer algo innovador y felicidad por tener la oportunidad de hacer algo por personas que han sufrido tanto... A pesar de todas las discusiones con el personal de la institución, de las horas pasadas estudiando artículos sobre cómo tratar a los refugiados, sobre su cultura y religión... no sabíamos cómo íbamos a ser recibidos... Respiramos hondo y empezamos con la visita. Al principio todos se mostraron tímidos, incluso con miedo... pero de repente los niños rompieron las barreras (culturales, sociales, emocionales ...) y comenzaron a interactuar con los perros y los voluntarios. Unos minutos más tarde, ¡se produjo la magia! Los niños estaban acariciando, cepillando, andando o jugando con los perros."