Sucedió hace unos meses pero la historia de la preciosa, emotiva e inolvidable despedida a Blanca, la "super agente" perruna de la policía de Girona, la habrá conocido mucha más gente ahora porque Arturo Pérez Reverte ha compartido un tuit con una de las fotos del homenaje que rindieron a este can tras su muerte.
Honrando al compañero. pic.twitter.com/atZPDJl1r2
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) July 25, 2020
Narcís Romero, su guía, su compañero humano, estuvo a su vera desde siempre, desde que la eligió siendo una cachorrota, hasta el final. Nunca se separaron.
Él la la adiestró como detectora de sustancias estupefacientes. Y junto a él trabajó durante años, pata a mano, y después vivió su retiro en su compañía, era parte de su familia.
A lo largo de su carrera, Blanca colaboró en la detención de 75 personas por delitos contra la salud pública y también en la complementación de unas 2700 actas por tenencia de estupefacientes. Y por ello, recibió la Medalla al Mérito para Perros Policía
Cuando murió, el 11 de marzo, la despedida que le dedicó Narcís Romero muestra de lo que es el amor por un perro, por un compañero de vida y de trabajo. Un texto maravilloso que compartió en sus redes, a modo de despedida. Unas palabras que deberían leer todos aquellos que piensan que todos los perros que trabajan junto a un humano son maltratados por el mero hecho de trabajar.
"11 de Marzo de 2020.
Mi fiel compañera Blanca nos ha dejado. Era mi niña…
Ella me enseño el significado de la palabra lealtad. Sin ella no sé dónde estaría a día de hoy porque desde el primer momento fue muy especial.
Recuerdo como comenzó nuestra historia. Me llamo mi gran amigo Paco Smith, me dijo que fuera a Barcelona; tenía una sorpresa para mí. Al cabo de unos días fui a verlo, me llevó con su perra Eva, había tenido siete cachorros. Me dijo: “elige uno”. Yo estaba alucinando, pensaba, cómo elijo… Entonces pegué un grito llamando a los cachorros, y el primero que vino me lo quedé. Ahí estaba ella, con sus patitas marrones y todo su cuerpecito negro.
Desde el primer momento me tenía alucinando, solo hacía destrozarlo todo y cagar. Parecía que tenía un cohete en el culo, no paraba quieta. En esos momentos estaba pasando un muy mal momento personal, y gracias a ella lo pude superar. Todavía me acuerdo, cuando estaba hecho polvo en el sofá, sin querer hacer nada, y ella me venía a morder la mano para que la sacara a pasear.
Así comenzamos y nunca más nos separamos. A los dos años de tenerla yo veía que tenía un gran potencial. Le pregunté a mi amigo Smith, si creía que podría servir como perra Policía. En unos días subió a Girona y mi Blanca superó el examen con creces.
A partir de ahí, tanto ella como yo nos empezamos a formar en la detección de sustancias. Realicé un proyecto para crear la Unidad Canina de Salt, poco a poco fue cogiendo forma. Con la ayuda de compañero Marc, sargento Vega, compañera Tores Mireys y de la Regidora Anna Fuste, en un año la Canina de Salt estaba funcionando. Los resultados fueron espectaculares. Demostró que el compañero perfecto sí existía, era ella.
Me hizo volver a coger pasión por mi trabajo. Hubo momentos complicados en los que los propios compañeros no nos hacían el camino fácil, pero yo la miraba a ella y pensaba que valía la pena aguantar cualquier cosa por estar con ella trabajando.
En Salt acabó siendo famosa y amenazada de muerte por algún traficante. Fue una época dura pero a la vez espectacular. Me acuerdo que me iba a patrullar con ella sola por las calles de Salt y me sentía el policía más seguro del mundo. Sabía que teniéndola a mi lado estaba protegido, porque ella nunca me quitaba la mirada de encima.
Después nos fuimos a trabajar a Girona, y siguió igual, triunfando. Se ganó a toda la plantilla y el cariño de todos los niños y mayores.
Ha sido un sueño todo mi tiempo a su lado, podía estar las veinticuatro horas del día con mi mejor amiga. La que nunca tuvo un mal gesto hacía mí, lo único que quería era estar conmigo y hacerme feliz. Hemos pasamos días de playa espectaculares y de paseos eternos.
Solo puedo decir que hoy se ha muerto una parte de mí, pero sé que siempre me seguirá protegiendo. Y ahora estará jugando en el cielo con mi hijo Narcís, con mi padre y mi otro perro Jack.
Blanca solo han pasado unas horas y te echamos tanto de menos, lo siento tanto…"
Su despedida fue un homenaje precioso en el que todos arroparon a Narcís mientras él también se despedía de su compañera, un acto oficial pero también familiar para celebrar la vida de una compañera:
Blanca nunca será olvidada y el hecho de que ahora, meses después de todos estos actos, vuelva a ser noticia es buena prueba de ello.
Esta es su historia. Una historia de amor perri-humano hasta siempre.
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