Tremper tiene mucha suerte: porque pasa todos sus días junto a la persona que más le quiere y mejor le cuida. Porque disfruta como un loquito con lo que hacen juntos y porque su trabajo, pata a mano con ese mismo humano, es para él un juego y sin embargo puede salvar vidas humanas. Por eso su guía le llama "el Héroe de la nieve".
Hay muchos, pero muchos héroes de cuatro patas que forman equipo con sus humanos.
En este caso, es realmente bonito contemplar el gran vínculo que une a este hombre con su can, un perro de rescate en la nieve que también es su compañero de vida. Como debe de ser.
El vínculo de un perro de rescate con su guía es, además, verdaderamente crucial porque esa persona debe conocer a su perro a la perfección para poder leer el lenguaje corporal del can y saber cúando debe intervenir. El humano debe confiar al 100% en el perro y viceversa.
Nos lo explica el guía de Nora, otra perra de rescate que forma un gran equipo con su humano.
Los perros de búsqueda y rescate -también en la nieve- son entrenados a través del juego, del refuerzo positivo, y del olfato: desde que son cachorros aprenden a disfrutar de ese particular juego del escondite, van afinando su instinto para que, gracias a su destreza, velocidad y capacidad olfativa, puedan salvar vidas humanas. El trabajo de un perro de rescate puede llegar a suplir al de unos 30 humanos.
PD Este otro reportaje sobre los perros de rescate es también interesante: es el punto de vista de un fotógrafo de National Geographic que buscaba captar el instante en que un can encuentra a un humano enterrado bajo la nieve.