Tervel es ciego porque, parece, fue maltratado siendo un cachorro, alguien estampó a este labrador contra un muro... Su actual familia lo adoptó siendo ya adulto, y el can también ha perdido gran parte de su capacidad auditiva. Pasaba mucho tiempo en su cama, como si no se atreviera a moverse demasiado para no darse topetazos aquí y allá. Hasta que a su vera llegó un gato callejero que también fue adoptado por su familia... Pudditat.
Desde que Pudditat llegó, enseguida empezó a acercarse a Tervel. El minino prefería la compañía de su nuevo amigo perro antes que la de otros gatos que hay en la casa, con los que no se lleva nada bien.
Y entonces empezó a ejercer de guía: lo cuenta su dueña, es como si el gato se hubiera dado cuenta que el can era vulnerable y empezó a ayudarle. Pasean juntos, Tervel siguiendo la cola de Pudditat, que anda delante suyo. Una pareja enternecedora.