El cómico y presentador Jon Stewart, conocido por su trabajo en el programa The Daily Show, ha protagonizado un momento radicalmente alejado de las risas esta semana, aunque también las haya habido en este homenaje porque dentro del dolor profundo ante la pérdida de un ser querido están también los recuerdos felices.
Stewart se ha emocionado hasta las lágrimas -y ha hecho llorar a miles de personas- al hablar con enorme ternura de su perro, Dipper, del que su familia acaba de despedirse.
Cualquiera que ha tenido un perro del alma podrá empatizar con Stewart. Pese que ha intentado no llorar, pese a su evidente profesionalidad, casi no podía hablar al rendir homenaje a su compañero perruno.
Porque algunos canes, esos que se convierten en nuestra sombra, esos que se enroscan en nuestro corazón, en nuestra vida y en nuestro ser, te rompen el alma en pedazos cuando se van.
En un mundo de buenos chicos, él era el mejor. Se fue, estaba cansado y estaba listo, dice Stewart, pero él no, él no estaba preparado para despedirse de su perro.
Un pitbull con tres patas al que adoptaron siendo un cachorrote, que le acompañaba al trabajo todos los días, que conoció a presidentes, actores y reyes... que ha estado a su vera tantos años.
Su deseo para todos los que le escuchan es que algún día encuentren a ese perro, ese perro que te cambia la vida.
La oleada de apoyo ha sido inmediata y Stewart y su familia lo han agradecido enormemente.
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