Los perros y los gatos no pueden explicarnos, con palabras, lo que sienten. Lo hacen de muchas otras maneras. Y esto es algo a tener muy en cuenta ante cambios tan drásticos como la muerte de otro animal en casa. Por eso, para intentar entender cuál es el posible proceso de duelo, investigadores de Australia y Nueva Zelanda han analizado, gracias al apoyo de la Morris Animal Foundation, el comportamiento percibido de perros y gatos tras la muerte de algún miembro animal de la familia.
Lo han hecho a través de encuestas y entrevistas a 279 personas que han documentado los cambios experimentados por 414 perros o gatos tras la muerte de alguno de sus compañeros animales. En si opinión, comprender cuál es el comportamiento esperado puede ayudar a aliviar tanto a las personas como a los animales que pasan, igualmente, por ese proceso de duelo.
Si bien muchos de los cambios de comportamiento informados fueron similares entre perros y gatos, hubo algunas diferencias clave, explican desde la Morris Animal Foundation. Por ejemplo, los gatos tenían más probabilidades de aumentar las vocalizaciones que los perros y los perros tenían más probabilidades de cambiar sus patrones de alimentación después de la muerte de un animal en el hogar.
Cambios afectivos
Los aumentos en el afecto fueron, con mucho, la observación más reportada por los dueños, con el 74% de los perros y el 78% de los gatos en la encuesta mostrando comportamientos más mimosos hacia sus dueños. Estos comportamientos incluían la necesidad de estar más cerca de sus humanos o de exigirles más afecto.
Aún así, en otros casos sucedió todo lo contrario. Aproximadamente el 10% de los perros y el 15% de los gatos buscaban menos atención de sus dueños.
Alimentación
Algunos perros y gatos redujeron su consumo de alimentos después de la muerte de otro compañero animal pero los perros tenían más probabilidades que los gatos de aumentar el consumo de alimentos.
Un dato llamativo es que los perros que perdieron a otro perro tenían más probabilidades de reducir la velocidad a la que comían, no necesariamente la cantidad ingerida, que los perros que perdieron a un amigo gato.
Patrones de sueño
Más perros que gatos experimentaron cambios en los patrones de sueño. Los propietarios encuestados informaron que alrededor del 42% de los perros experimentaron cambios en el comportamiento del sueño, y el 81% de ellos dormían más.
Vocalización
Los gatos parecían ser más propensos a cambiar la forma en que vocalizaban, tanto en frecuencia como en volumen, que los perros después de la muerte de un animal de compañía.
Los patrones de vocalización generalmente volvieron a la normalidad en aproximadamente dos meses o menos para la mayoría de los gatos.
Orines, etc.
La mayoría de los gatos y perros en la encuesta no mostraron ningún cambio al respecto, sugiriendo que esto puede no ser un cambio de comportamiento clave después de la pérdida de un animal de compañía doméstico.
Agresividad
Pocos animales mostraron mayor agresividad tras la pérdida de un compañero. Los que lo hicieron fueron con mayor frecuencia gatos que mostraban una mayor agresividad hacia otros animales dentro de la casa.
Los estudios demuestran que el comportamiento agresivo es uno de los signos más evidentes de estrés en los gatos.
Territorialidad
El 60% de los perros y el 63% de los gatos mostraron un cambio en el comportamiento territorial: el 50% de estos perros y el 56% de estos gatos buscaron los lugares favoritos del animal fallecido.
Este comportamiento generalmente se resolvió por sí solo en unos dos meses o menos.
Reacciones al cuerpo del animal muerto
Muchas personas creen que ver el cuerpo del animal fallecido ayudará a los animales supervivientes a comprender que se ha producido una pérdida.
Los propietarios encuestados informaron que el 58% de los perros y el 42% de los gatos vieron el cadáver de su animal de compañía.
Los propietarios no notaron diferencias de comportamiento distintivas entre los animales que vieron el cuerpo fallecido y los que no lo vieron. Sin embargo, muchos de los animales que vieron el cadáver de su compañero eran propensos a oler e investigar.
Comportamiento y duelo
Los investigadores señalan que los cambios de comportamiento observados en este estudio son paralelos a comportamientos similares observados en la ansiedad por separación.
Los cambios de comportamiento tendieron a resolverse en los meses posteriores: los cambios en el nivel de afecto que demandaban perros y gatos disminuyeron entre dos y seis meses después de la muerte de su compañero y la mayoría de los otros comportamientos cesaron gradualmente dentro de los dos meses posteriores a la pérdida.
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