Hay ocasiones en las que la burocracia y las normativas van por un lado y la lógica y la humanidad por otro. Es con lo que se está enfrentando una mujer que está luchando contra viento y marea para intentar recuperar a su perro.
En EEUU no es obligatorio el microchip por lo que si un perro se pierde y es recogido por una protectora o perrera que no sabe que su familia lo está buscando puede pasar lo que le ha sucedido a Nanook: que es dado en adopción a otra persona.
Zenaida Walker, la dueña del can, incluso ha logrado conseguir que alguien ofrezca 5000 dólares (más de 4300 euros) a modo de incentivo para que la familia que tiene ahora a Nanook (con el que solo han pasado 3 semanas) devuelva al can... pero pese a eso no ha habido manera.
El protagonista de la historia es Nanook, un Beagle que ha vivido seis años, toda su vida, con Zenaida. Ella tuvo que salir de viaje un par de días y dejó al can a cargo de una vecina con tan mala fortuna que Nanook se le escapó.
Obviamente lo buscaron por todos lados, colocaron carteles, llamaron a las protectoras... Pero no pensaron que Nanook fuera a irse muy lejos y ese fue su gran error: el perro logró llegar a otro condado distinto y fue recogido por los servicios de protección animal de Santa Rosa County.
Sin chip Nanook -un perro sin nombre para ellos, claro- era un can abandonado más, por mucho que estuviera bien cuidado y esterilizado, por mucho que pareciera que había pasado toda su vida con alguna familia, como así había sido.
Nanook, renombrado como Beau, fue puesto en adopción.
Y, claro, siendo un Beagle -perro de raza- sociable y simpático, el can fue adoptado a la velocidad del rayo.
Cuando Zenaida descubrió lo ocurrido contactó de inmediato con la perrera de Santa Rosa County pero ya era demasiado tarde. Alegan que no pueden hacer nada, una vez que el can ha sido dado en adopción, es legalmente de otra persona. Y como no hay microchip, Zenaida no tiene forma de demostrar que ese perro es legalmente suyo.
Según cuenta el periodista que ha compartido la historia, los adoptantes de hecho han regalado a Nanook a otra familia y no están dispuestos a devolverlo (pinchando sobre la siguiente foto podréis ver el reportaje).
Además de ofrecer su versión de lo sucedido en la prensa, Zenaida está corriendo la voz en sus redes sociales porque, lógicamente, ella está absolutamente destrozada: explica que estaría encantada de que la otra familia pudiera seguir viendo al perro siempre que les apetecería, ella solo quiere recuperar a su perro.
Asegura que seguirá luchando por Nanook mientras le quede energía y vida.
No es la primera vez que algo así sucede en EEUU, es tristemente común, demostrando la importancia capital -aunque no sea obligatorio en este país- de poner el microchip a los perros.
De hecho, también en España los chips obran milagros, lo vimos hace poco con la historia de Dico, el can que logró reencontrarse con la familia que lo buscaba desde hacía siete años.
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