Si los canes y mininos que están en la Lliga protectora d'animals i plantes de Barcelona pudieran opinar, seguro que dirían algo así: "8 de la mañana. Por fin me abren las cortinas. ¡Qué emoción! Guau!! Guau!! Guau!! Venid!! Quiero salir, quiero atención, quiero de todo!! Desde ayer por la tarde que se fueron he estado esperando este momento: cuando los voluntarios vienen y nos sacan a pasear, nos dan mimos, limpian nuestras jaulas, cambian nuestras mantas… No tenemos un hogar y vivimos en las jaulas de la protectora. No tenemos una familia y por eso estamos aquí esperando adopción. Pero contamos con los voluntarios, que hasta que lleguen nuestros adoptantes, nos hacen las veces de familia. ¿Quién sino los voluntarios cuida de nosotros?"
Como explican desde la Lliga protectora d'animals i plantes de Barcelona, la vida en una protectora dista mucho de ser la ideal para los animales que viven allí. Pero si disponen de ese refugio donde reciben cobijo, atención veterinaria, alimentación y atención emocional, es gracias precisamente a los voluntarios: personas que, de forma altruista, deciden dedicar una parte de su tiempo libre a atender animales que han sido abandonados, a veces maltratados, o que incluso nunca han conocido un hogar.
El voluntario asume, por propia voluntad, esa responsabilidad, y sin la constancia de éstos, el funcionamiento de las protectoras no sería posible. Ellos son los que asumen gran parte de las tareas del día a día para que los animales que han acabado en las protectoras tengan la oportunidad de encontrar el hogar que merecen. Ellos son de otra pasta. Personas con una sensibilidad y, sobretodo, con una gran determinación para asumir responsabilidades que a menudo nadie quiere.Sin ellos, sin su trabajo desinteresado (a veces nada agradable), sin su constancia para estar allí semana tras semana, llueva o haga frío, sea laboral o festivo, sin su pasión por los animales, nada de esto sería posible y muchos animales perecerían, abandonados a su suerte.
"Lo que empieza siendo una actividad altruista pronto convierte a esos peludos en seres queridos, en una especie de familia a la que queremos ver a menudo, por la que no importa hacer sacrificios. Esos animales, gatos y perros en nuestro caso, que deberían haber perdido toda la confianza en el ser humano, deciden confiar en los voluntarios.
Esa generosidad, esa confianza ciega, ese amor incondicional que los peludos nos entregan son el don más preciado que nos podrían conceder. Y por eso, pronto comprendemos que, aunque en parte vamos allí por ellos, lo que hacemos también lo hacemos por nosotros. Porque la alegría de ver sus colas moverse, de oír cómo nos llaman con sus maullidos, de ver cómo se nos ponen a dos patas para recibirnos, de que nos den lametones, de que ronroneen cuando los acariciamos, o sencillamente de que aquel perro con un pánico atroz a los humanos nos permita acercarnos para sacarlo a pasear, eso es incomparable, no tiene precio, y nos hace sentir extremadamente afortunados. Ser voluntario no es tanto un esfuerzo, sino, en realidad, un privilegio. Hazlo por ellos. Hazlo por ti."
¿Te animas? En la web de la protectora os cuentan cómo os podéis hacer voluntarios.
Allí, en su refugio, esperan encontrar un nuevo hogar perros especiales, dulces y a veces un poco tristes, como Lolita que compartía su chenil con Hades, quien sí ha tenido la suerte de encontrar un buen hogar ¡justamente gracias al tesón de una voluntaria!
Si tú también quieres darle una oportunidad a un perro para que pueda transformarse al dejar la protectora y descubrir tu sofá, ¿por qué no visitas a Lolita? Los voluntarios de la protectora están moviendo cielo y tierra para intentar que Lolita no pase otro invierno en el refugio, el año pasado lo llevó fatal: dejó de comer y no remontaba anúmicamente..
Les da mucho miedo esto vuelva a pasar:
"Buscamos a alguien con un gran corazón que quiera darle la oportunidad a una de las perritas más dulces y cariñosas que hemos tenido el placer de conocer. Lolita es una perrita increíblemente buena, alegre, cariñosa y fiel, que solo necesita a alguien que le ayude a olvidar su triste pasado y pueda darle todo el cariño y el amor que nunca pudo tener.
Lolita puede convivir perfectamente con adultos, niños pequeños y perros. De hecho, buscamos para ella un hogar que tenga al menos otro perrito que pueda hacerle compañía y la ayude en su adaptación.Sería recomendable un hogar que no tuviera escaleras y donde no vivieran gatos o aves. Por favor, si alguien puede acoger a Lolita y tenderle una patita, escribid un correo electrónico a acollides@protectorabcn.es"
