Soda es el perro de The Stone House Urban Winery: él está siempre en esta bodega, saludando a todos los clientes y dejándose mimar.Entonces llegó el confinamiento y todo cambió. Soda estaba todo triste porque ya nadie venía de visita. Y así fue cómo a su humana se le ocurrió una idea...
Sí, como habréis visto en la foto y veréis en el vídeo, Soda se ha convertido en San Bernardo improvisado: él es ahora el encargado de entregar las botellas de vino, fuera de la bodega.
No solo hace sonreír a todo el mundo si no que, de propina, Soda contribuye a demostrar que los perros no transmiten el COVID-19 a los humanos.
Y viendo que Soda se ha hecho viral y muchísima gente que no vive en la zona o que no suele comprar vino les han pedido saber cómo ayudar, en esta bodega urbana no lo han dudado: animan a ayudar a una protectora local, para así ayudar a canes menos afortunados que Soda.
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