No sabemos si este guapo sabueso canta el Blues ante las habilidades cuestionables del chavalín con la harmónica o si, por el contrario, se animan mutuamente...
Lo más probable es que este guapo can esté inspirando la futura carrera musical de su acompañante y sin saberlo...
Porque resulta que el efecto es contagioso, no hay uno sino dos, dos niños musicales en la familia.
Definitivamente una pandilla adorable pero, eso sí, mejor no toparse con este grupo a la hora de la siesta :-)
También hay churumbeles que hacen dúos con su can sin siquiera tocar un instrumento. No os perdáis a Austin y Dude.
Te puede divertir