El New York Times desveló el secreto y a partir de ahí nació la obsesión por localizar un árbol de Navidad muy especial que es decorado cada año con recuerdos dedicados a perros, gatos y otros animales que ya no están junto a sus familias.
Su localización dentro del gran parque urbano de Nueva York, Central Park, no se comparte abiertamente para que su descubrimiento siga siendo teniendo algo de serendipia. Ese es el único deseo de sus creadores, que no se publique la ubicación para que siga siendo posible decorar cada año el árbol -porque, lógicamente, no es algo oficial y podrían prohibírselo.
Desde los años 80, entre Acción de Gracias y el día de Reyes, un árbol de Central Park se convierte en un maravilloso homenaje póstumo a los animales queridos de cientos de personas: es el Pet Memorial Christmas Tree.
Desde que el New York Times publicara un reportaje dedicado a este árbol de Navidad secreto que "brilla con cientos de fotografías laminadas, notas, adornos y monumentos conmemorativos de animales fallecidos" muchísimos medios se han lanzado a hacer reportajes sobre esta singular y bella tradición.
Hay una "guardiana del árbol" y voluntarios que se ocupan de embellecer el mismo árbol cada año, guardan y plastifican los mensajes para que perduren: hay más de 600 ya.
Y, tras el día de Reyes, el proceso inverso, se ocupan de poner a buen recaudo todos estos homenajes hasta el año siguiente.
La historia de cómo nació la idea de crear este "Furever Tree", como también lo llaman, la ha narrado en un blog el fotógrafo Larry Closs. Allí también comparte fotos de la mayoría de homenajes que cuelgan del árbol.
Y en su instagram podéis ver cómo los voluntarios crean esta maravilla dedicada a honrar la memoria de tantos animales queridos.
Una tradición que es preciosa y que seguro resonará con cualquiera que haya perdido a un animal querido porque en esta época del año miles de personas recordamos especialmente a esos perros que duermen en nuestro corazón.
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