Gracias al apoyo prestado por el nuevo alcalde de Londres, Sadiq Khan, a una iniciativa que había comenzado años atrás,el sábado 25 de marzo 2017 se celebró la última carrera de galgos en el único canódromo en activo de la capital británica, Wimbledon Stadium.
Las carreras de galgos están en el punto de mira en aquellos países donde aún se celebran: en Argentina se prohibieron en 2016 y en Australia se llevó a cabo una investigación cuyo resultado es un durísimo documental que demostró que los galgos son entrenados a través del sufrimiento y muerte de otros animales.
Tras el reciente cierre de Wimbledon Stadium -que se debe, realmente, a razones económicas puesto que ese espacio será infinitamente más rentable ahora- en el Reino Unido quedan aún 24 canódromos activos alimentados por seguidores acérrimos: es el sexto deporte más visto en Gran Bretaña.
Aún así, las denuncias de las asociaciones que defienden los derechos de los animales también van calando, sin su constante presión no se habría cerrado el canódromo de Londres, el más popular en todo el país.
"El lado oculto de la carrera de galgos incluye perros que permanecen durante largos periodos de tiempo en los cheniles, lesiones dolorosas, abuso de drogas, enfermedades y negligencia. Miles de perros que "sobran" mueren o desaparecen cada año."
La Liga contra los deportes crueles ha celebrado el cierre de Wimbledon como un paso en la dirección adecuada.
No son los únicos, como es lógico: Peta en el Reino Unido también había hecho campañas diversas para cerrar este canódromo y asociaciones como Greyt Exploitations han celebrado igualmente la noticia.
Este reportaje de Panorama revela cómo se droga a los perros para amañar así las carreras...
