Pikelet y Patty Cakes son dos perros adoptados que viven juntos en Sidney con una familia humana (y animal) del todo genial, una familia que siempre trata de acoger a animales que lo necesitan hasta que encuentran un nuevo hogar. Ambos ejercen de adorables hermanos mayores para otros perros y, recientemente, para unos patitos: seguro que no habéis olvidado las maravillosas fotos.
Ahora que sus amigos los patitos han crecido un poco y han podido adoptados...
A casa de Pikelet y Patty Cakes ha llegado un nuevo hermano pequeño. Un cachorrote que fue rescatado junto a todos sus hermanos y hermanas en un estado un poco lamentable.
Así de pequeñajo era Potato cuando llegó junto a su nueeva familia temporal. Y sí, le han llamado Patata :-)
Y esa pequeña "Patata" de cachorrote no tardó nada de tiempo en estar la mar de a gustito junto a sus nuevos hermanos.
Si entráis en el facebook de Life of Pikelet, en el que van publicando las imágenes del día a día de los canes y los demás amigos de la casa que comparten tiempo con ellos, ahí os quedaréis un buen rato: por la calidad de las fotos y, sobre todo, por los instantes tan adorables que capta la humana de esta familia.
También tienen instagram, por si alguien prefiere esta red social para seguir sus aventuras.
¿Son zampables o no? Potato estará preparado para ser adoptado prontoy seguro que tras él llegará algún otro habitante a este maravilloso hogar donde tanto están haciendo para mostrar la importancia de las casas de acogida, una labor igual de crucial en España.
La gran mayoría de las protectoras y asociaciones involucradas con el rescate de animales en nuestro país se apoya en las casas de acogida para desarrollar su imprescindible labor.
Siempre necesitan nuevas familias que quieran echar un cable, abriendo su puerta, probablemente su sofá y su tiempo para acoger a los perros que más lo necesitan. No tienes más que entrar en las webs de ANAA, Adopta Salva Una vida, Nueva Vida, Amigos del Perro, SOS Golden... para comprobarlo.
Incluso en el caso de protectoras con refugios, todos sabemos que los canes suelen estar mucho más felices si pueden convivir con una familia. A veces es básico que salgan de los cheniles: por ser cachorrotes, porque están enfermos, porque tienen más posibilidad de encontrar un hogar definitivo si ya están bien socializados, porque son viejitos y necesitan cariño.
Ser casa de acogida, sobre todo si además eres capaz de contribuir a la socialización de un can que quizá pueda tener ciertos miedos o traumas por las experiencias vividas antes de llegar a la protectora es un trabajo crucial en el ámbito de la protección animal. Es una experiencia enriquecedora y, sin duda, muy, muy generosa. Engancha, dicen los que llevan años ayudando así a los perros.