La prevención es clave cuando hablamos de la leishmaniosis, una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género leishmania, una enfermedad grave que es incurable (aunque sí es tratable) pero que puede llegar a ser mortal para nuestros canes.
Por eso el 1 de junio en todo el mundo hay campañas de concienciación para recordarnos la importancia de proteger bien a nuestros perros, sobre todo ahora, cuando llega el calor, pero en realidad todo el año.
Incluso se puede correr la voz a través del humor, como nos demuestra Pablo de Blowearts :-)
La leishmaniosis canina es endémica en España y en todos los países del sur de Europay el aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático está causando la expansión del flebotomo a zonas del mayor altitud.
El flebotomo vive cerca de 30 días y tiene actividad principalmente nocturna o crepuscular, aunque también puede atacar durante el día. Los flebotomos hembra, igual que los mosquitos comunes, pican varias veces, chupan la sangre de los animales infectados y contagian el parásito a perros y gatos domésticos.
Suelen estar activos entre mayo y finales de septiembre pero -de nuevo, debido al cambio climático- su ciclo de vida se está prolongando a otras estaciones por lo que la recomendación es proteger a los perros todo el año. Podéis encontrar mucha más información sobre la Leishmaniosis aquí, en la web de Mi Mascota y yo.
Se trata de una enfermedad compleja, dado que el período de incubación en el organismo del perro puede ser de meses o incluso años, sin que se dé ningún síntoma. Algunos canes resisten mejor que otros a la enfermedad y no hay ninguna fórmula que permita predecir cómo reaccionará un animal concreto frente a la infección.
No se transmite por mordeduras de perros que puedan estar infectados: el parásito solo se transmite a través de la picadura de un flebotomo que previamente haya picado a otro animal infectado.
Existen dos tipos de leishmaniosis en perros, la visceral y la cutánea, que pueden dar lugar tanto a lesiones más visibles (en la piel, en las mucosas, lesiones oculares, cojeras, etc.) como a otras no tan evidentes, por ser internas, pero que pueden causar trastornos graves en la salud de nuestro perro (lesiones en órganos internos y alteraciones sanguíneas).
La prevención es clave, como explican los expertos de Mi Mascota y yo. Y también es primordial acudir al veterinario ante cualquier síntoma que pueda hacernos sospechar que nuestro can se ha contagiado.
Eso sí, como también nos recuerdan, la transmisión de leishmaniosis de perros a humanos no es posible por lo que convivir con un perro enfermo de leishmaniosis no aumenta nuestras posibilidades de contraer esta enfermedad.
Aunque no tenga cura, si se detecta a tiempo hay diversos tratamientos para que el can pueda llevar una vida normal a pesar de sufrir esta enfermedad.
Puedes encontrar más información en la web de Mi Mascota y Yo pero si tienes cualquier duda sobre cómo proteger mejor a tu can, habla con tu veterinario que seguro te podrá ofrecer información concreta y específica.
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