Los cachorros de razas pequeñas tienen una fase de crecimiento muy rápida y la mayoría alcanzan su edad adulta en 10-12 meses mientras que los de razas grandes pueden tardar hasta 18 meses. Aún así, si lo comparamos con un bebé humano, en general crecen muy rápido: si un bebé creciera proporcionalmente como un Teckel... ¡a los 6 meses pesaría ya 70 kgs!Por eso mismo, por su rápido desarrollo, es clave cuidar su alimentación al máximo y tener claro cómo y cuándo comenzar a darle pienso a un cachorrote.
A continuación os lo aclaramos en colaboración con el equipo veterinario de Nutro.
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La leche materna es el único alimento que ingieren los cachorros durante las tres primeras semanas de vida. Si, por la razón que sea, han sido separados de su madre antes de tiempo entonces los pequeños pueden ser alimentados con leche artificial de prescripción veterinaria.
Es importante no usar leche de vaca porque tiene un alto componente en lactosa y puede provocar una intolerancia alimentaria en el cachorro.
Los dientes de leche le salen a los cachorros a los 15-21 días de nacer: es entonces cuando se completa el destete y un perro puede empezar a masticar.
No se trata de pasar de la leche a la dieta solida de un día para otro, más bien lo contrario: es un proceso gradual que se debe prolongar unas cinco semanas.
Y, además, es importante que ese primer alimento sólido sea muy digestible y que sea tipo papilla: así se favorece tanto la masticación como la digestión.
Esta papilla especial hay que hacerla mezclando el pienso especial para cachorros con agua o con leche artificial (de nuevo, ojo, que sea de prescripción veterinaria para evitar problemas).
Para que al cachorrote le sea fácil comerla debe de tener una textura final muy suave y es bueno calentarla para que esté a unos 20 grados, así le resultará aún más apetitosa.
Para evitar problemas digestivos lo mejor es que el cachorro coma pequeñas cantidades de la papilla en unas 5 ó 6 tomas diarias.
Hay que tener en cuenta que a algunos cachorrotes les da por jugar con la comida: al principio podemos probar a dársela con el dedo, etc. para que se animen a comer.
En cuanto a la cantidad total que debe ingerir, hay que consultar la tabla que venga en el pienso elegido.
Durante el destete, los cachorros requieren 2 veces más energía por kg de peso que un perro adulto. Sus necesidades energéticas son individuales y diferentes según la raza, etc y van cambiando según el perro crece.
A modo de ejemplo, se recomienda un descenso de 1.6 y 1.2 veces los requerimientos de mantenimiento cuando alcanzan el 50% y el 80% del peso adulto.
Para su óptimo desarrollo, un cachorro necesita mucha más energía que un perro adulto y sin embargo su estómago es mucho más pequeño, de ahí la importancia clave de la digestibilidad: el organismo del cachorro tiene que poder aprovechar al máximo la comida que ingiera.
Los errores alimenticios durante las primeras semanas de vida de un perro pueden tener consecuencias graves así que ante cualquier duda lo mejor es hablar con nuestro veterinario para asegurarnos que le estamos dando a nuestro cachorro un pienso de calidad, sin subroductos, etc., adaptado a sus necesidades específicas.
Las "diarreas de transición" son relativamente comunes pero podemos tomar ciertas precauciones para intentar evitarlas:
- La introducción del nuevo alimento ha de ser gradual y progresiva.Lo ideal es comenzar con una papilla mucho más líquida y, con el paso de las semanas, hacer una pasta algo más sólida.
- Es importante que el pienso que elijamos sea de máxima calidad y que garantice una buena digestibilidad.
- El cachorro ha de comer en tomas pequeñas y frecuentes a lo largo del día. De esta manera se evita que su estómago se hinche y no digiera bien el alimento. Y también recibe una entrada constante de energía.