Para humanizar la pediatría, para mejorar su calidad de vida en un momento estresante, para que se encuentren mejor anímicamente y se sientan especiales... para convertir la ansiedad en ilusión: por estas y muchas otras razones, nueve niños y niñas de entre cuatro y trece años, todos ellos pacientes de Oncología Pediátrica del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia, han participado a lo largo del último año en un programa piloto con perros de asistencia, un programa llamado "Can de la Mano" que ha consistido en adopciones virtuales y una veintena de encuentros con los canes.
Es realmente alentador comprobar que, poco a poco, se va reconociendo la importancia de los perros en la vida de los humanos, su capacidad para humanizar entornos que resultan áridos o dolorosos, como puede ser la UCI de un hospitalo, en este caso, el área de Oncología Pediátrica.
“Can de la Mano” ha sido valorado hasta ahora de forma realmente positiva. O dicho de otra manera mucho más directa en la frase de la madre de uno de los niños que han formado parte del proyecto: "Verlos reír cuando están con los perros vale todo el dinero del mundo"
¿En qué consistía? Los niños primero adoptaban virtualmente a uno de los perros de asistencia que han formado parte del proyecto y posteriormente podían mantener un encuentro con el can en una zona externa a las habitaciones o en el hospital de día.
Eso se traduce en un incentivo de ilusión y desconexión de la rutina hospitalaria y en ingresos sucesivos, explican desde el Hospital La Fe de Valencia, la visita del perro es vivida por los pacientes como un verdadero estímulo que resta carga negativa a la hospitalización.
Los encuentros con los canes y las actividades virtuales asociadas a ellos sirven para reducir el nivel de ansiedad tanto de los menores como de sus familiares.
Los niños recuperan la oportunidad de tener contacto con un animal, que es una de las muchas pérdidas que tienen como consecuencia de la enfermedad y que es de lo que más echan de menos, según los responsables del programa.
Los encuentros sirven para afianzar su seguridad: se ven más fortalecidos a la hora de afrontar otros temores relacionados con el entorno hospitalario.
El proyecto ha contado con la colaboración de un buen número de empresas: la Escuela de Educación y Adiestramiento Canino Argos de Nules (Castellón); el Hospital Veterinario Valencia Sur; la empresa valenciana Maskokotas; la Clínica Veterinaria Tucán; la Asociación Amics de la Música de Palma de Gandia, la Asociación Española contra el Cáncer y Laboratorios Merial.