Érase una vez una genia que vivía en una lámpara: mientras nadie la reclamaba, ella estaba feliz y relajada en su suntuosa casa pero en cuanto alguien frotaba esa lámpara mágica, entonces no tenía más remedio que desperezarse para acudir a cumplir los tres deseos de esa persona.
O de ese perro, como sucede en este divertido cortometraje llamado Wishful Thinking (algo así como hacerse ilusiones) creado por estudiantes de SVAD, en Florida.
El problema de la genia es que realmente no sabe mucho de perros y le cuesta adivinar lo que ese juguetón y simpático can podría querer.
Para no hacer spoiler, mejor os dejamos ver el corto sin más: a ver si quién es capaz de solucionar el dilema de la genia y adivina cuáles serían los tres deseos de este perro, de casi cualquier perro.
Pues sí, aunque los perrosno hablen sí se comunican constantemente -pero las personas muchas veces no entienden lo que ellos están tratando de decir.
Además de las necesidades básicas, como la comida, también les gusta el juego, que de hecho tiene multitud de beneficios para ellos. Pero, sobre todo, los perros buscan compañía, no les gusta estar solos y las relaciones sociales son una de las cuestiones más importantes para su bienestar. Así que este perrete logró su deseo, el deseo de la mayoría de sus congeneres: compartir su día a día con una persona y poder compartir también ratos de juego.
PD: Si queréis saber más sobre cómo se hizo este divertido y acertado corto, en este otro vídeo varias de sus responsables, estudiantes de SVAD, dan las claves del proyecto.
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