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Crece la desconfianza hacia las vacunas entre las familias con animales: un experto en salud pública detalla por qué son cruciales

Simon F. Haeder, Profesor Asociado de Salud Pública, Universidad Texas A&M
Crece la desconfianza hacia las vacunas entre las familias con animales: un experto en salud pública detalla por qué son cruciales

Última actualización del articulo el día 16/01/2025

Cuando la mayoría de las personas piensan en vacunas, suelen asociarlas con los humanos: los expertos advierten que cuando un gran número de personas no están vacunadas, puede haber consecuencias graves, como brotes de enfermedades y mayores tasas de enfermedad y muerte, especialmente entre los más vulnerables. Los costes económicos para la sociedad también pueden ser significativos.

Sin embargo, las vacunas también brindan importantes protecciones a nuestros compañeros no humanos, incluidos los animales de familia más comunes: perros y gatos.

Como muestra mi investigación publicada en 2024 en el American Journal of Veterinary Research y la revista Vaccine, la reticencia hacia las vacunas está comenzando a influir en las decisiones de algunas personas sobre si vacunar o no a sus animales de familia.

Vacunas y animales de familia

Numerosas investigaciones han confirmado que las vacunas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) son seguras para la mayoría de las personas. Sin embargo, las vacunas nunca han sido universalmente aceptadas, desde las primeras inoculaciones contra la viruela. La reticencia a las vacunas, o las dudas sobre vacunarse, se ha intensificado tras la pandemia de COVID-19.

Las crecientes preocupaciones sobre las vacunas tienen importantes implicaciones que van más allá de la decisión individual de vacunarse o no.

Las vacunas generalmente funcionan a través de dos vías importantes. En primer lugar, para el individuo vacunado, proporcionan protección directa al reducir el riesgo de contraer una enfermedad y disminuir la gravedad de la misma.

Las vacunas también ofrecen una forma indirecta de protección para la sociedad en general mediante un proceso comúnmente conocido como "inmunidad de grupo". Esto ocurre cuando un alto porcentaje de personas en una comunidad desarrolla inmunidad, lo que asegura que los brotes futuros afecten a menos individuos y se contengan rápidamente.

Por supuesto, los humanos no son la única especie que se beneficia de las protecciones directas e indirectas de las vacunas. Sin embargo, hasta ahora, muy pocas investigaciones han examinado la vacunación en animales no humanos.

Mi trabajo reciente buscó específicamente ampliar el conocimiento científico sobre los tutores de perros y gatos mediante encuestas nacionales a gran escala. Muchos de los hallazgos fueron positivos: la gran mayoría de los perros y gatos han recibido vacunas esenciales, que ofrecen protección contra la rabia y otras enfermedades peligrosas. Las vacunas esenciales son aquellas recomendadas para todos los perros y gatos.

Además, tres cuartas partes de los tutores confían en su veterinario en lo que respecta a las vacunas. Un porcentaje aún mayor se siente seguro al discutir preocupaciones relacionadas con las vacunas con su veterinario. También comprenden que muchas enfermedades prevenibles con vacunas pueden ser graves.

Los tutores también desean que sus vecinos vacunen a sus animales: más del 80 % de los tutores de perros y gatos apoyan los requisitos de vacunación para diversas vacunas esenciales y no esenciales.

Sin embargo, otros hallazgos generan preocupación. De forma destacada, mi estudio, publicado a finales de 2024, identificó que el 22 % de los tutores de perros y el 26 % de los de gatos son reticentes a vacunar a sus animales.Y aunque la mayoría de los animales están vacunados contra enfermedades comunes, una minoría no lo está. Esto incluye alrededor del 4 % de los perros y el 12 % de los gatos que permanecen sin vacunar contra la rabia. Para otras enfermedades como el parvovirus y el moquillo, las tasas de vacunación son incluso más bajas. El estudio confirmó hallazgos similares a los de mi investigación previa de 2023.

En el mismo estudio de 2024, muchas de las preocupaciones expresadas por los tutores reflejan las de los humanos: más de la mitad cuestiona la efectividad de las vacunas.

Un porcentaje similar está preocupado por la seguridad de las vacunas y sus efectos secundarios. Muchos creen que es mejor que los animales contraigan una enfermedad para obtener inmunidad en lugar de vacunarse. Cerca del 60 % de los tutores piensa que sus animales reciben demasiadas vacunas. Sorprendentemente, casi todos prefieren que se administre un menor número de vacunas a sus animales al mismo tiempo.

Consecuencias para los animales, sus tutores, los veterinarios...

Cuando las personas eligen no vacunar a sus animales, esto puede tener importantes implicaciones para la sociedad.

El impacto más inmediato será para los tutores. Los animales no vacunados enfrentan un mayor riesgo de enfermedad y muerte por enfermedades prevenibles; aunque las vacunas no son completamente efectivas, y en algunos casos incluso los animales vacunados pueden verse afectados. Esto puede imponer costos financieros y emocionales sustanciales a sus tutores.

Los veterinarios también se verán afectados. Podrían encontrarse con enfermedades en animales que no esperan ver o con las que tienen poca experiencia previa. También otros profesionales que trabajan con animales, incluidos peluqueros, cuidadores y paseadores.

También hay implicaciones más amplias para la salud pública: los encuentros con la rabia, en particular, podrían volverse más comunes. Los humanos pueden verse afectados directamente si son mordidos por un animal infectado. Los animales también entran en contacto con la fauna silvestre, lo que aumenta el potencial de propagación de la rabia.

Desde una perspectiva de salud pública, las bajas tasas de vacunación en animales son tan preocupantes como las de los humanos.

Considero que una estrategia de salud pública integral es crucial para abordar las crecientes preocupaciones entre los tutores de animales respecto a las vacunas. Dicha estrategia no debería simplemente desestimar las inquietudes de los tutores como teorías de conspiración, sino adoptar un enfoque reflexivo que tome en serio las preocupaciones específicas de los individuos.

Este texto es la traducción de un artículo de The Conversation publicado con autorización de su autor, Simon F. Haeder, Profesor Asociado de Salud Pública, Universidad Texas A&M

 

PD Podéis escuchar a Haeder ofrecer más información sobre este importante tema en este episodio del podcast de Veterinary Vertex: