Un nuevo estudio de la Fundación BBVA ha examinado, a través de encuestas telefónicas con más de 2000 personas, los valores y actitudes de los españoles hacia la naturaleza, así como la percepción de la cercanía o diferencia entre animales y seres humanos.
Las conclusiones son interesantes y esperanzadoras puesto que confirman que una gran mayoría percibe a los animales como seres cercanos, con emociones similares a las nuestras y rechaza su uso en espectáculos públicos de entretenimiento así como en el ámbito de la moda o cosmética.
Aunque no se menciona explícitamente a los perros, dado que el estudio analiza la influencia de los animales que conviven en hogares por lo que se puede suponer que hablamos de perros y gatos, en su mayoría.
En la encuesta, realizada entre enero y febrero de 2025, se evalúan las percepciones sobre diversos ámbitos: la investigación científica, la alimentación, la moda y el entretenimiento, así como el grado de continuidad entre humanos y otras especies.
Uno de los hallazgos principales apunta a que quienes conviven con un animal muestran una postura menos “materialista” y más empática hacia la naturaleza.De hecho, el 43% de los participantes en el estudio se identifica con una visión esencialmente protectora del entorno, mientras que un 46% ocupa una posición intermedia y tan solo un 11% se adscribe a planteamientos instrumentales.
Las coincidencias se hacen especialmente patentes en las dimensiones sensitiva y relacional: la mayoría cree que los animales, especialmente los que viven en núcleos familiares, comparten con las personas emociones como el miedo, el dolor o el placer, y forjan lazos sociales comparables a los vínculos familiares humanos. Igualmente, consideran que los animales tienen memoria y recuerdos similares a los seres humanos.
Con respecto a las percepciones sobre el uso de animales para distintas actividades se observa todavía una división clara: existe amplia aceptación de usos ligados a la investigación veterinaria para mejorar su salud (6,7), para investigaciones médicas que sirvan para mejorar la salud de las personas (5,8) y para investigaciones científicas que puedan ampliar el conocimiento de la vida (5,6), así como para la alimentación de los seres humanos (6,1), frente a un rechazo generalizado y muy marcado hacia el uso de animales para fines como las corridas de toros (1,8), la caza deportiva (1,6), el circo (1,4) investigaciones para la producción de cosméticos (1,3), el entretenimiento en fiestas locales (1,3) y la confección de ropa, complementos y abrigos de piel (0,9).
La correlación que el texto establece entre “tener un animal en casa” y valorar su bienestar puede interpretarse, en buena medida, como un reflejo del papel de los canes en nuestra sociedad. Y es muy buena noticia que crezca el porcentaje de quienes rechazan la idea de que los seres humanos estén legitimados para usar a los animales únicamente con fines económicos o recreativos.
Podéis consultar o descargar el informe completo aquí.