Los perros, suerte que tienen, no saben de política pero eso no quiere decir que no la sufran también: si normalmente son ignorados por la mayoría de los partidos sí suelen ser utilizados para humanizar candidatos o para captar votos despistados. En EEUU incluso han usado perros para comprobar si los seguidores de uno u otro partido eran más amables y solidarios con ellos y también entraron en la campaña hace unos años cuando uno de los candidatos, Mitt Romney, protagonizó un suceso perrunamente dramático. Pero no es el caso aquí, en Don Perro el can es el protagonista de una pequeña comedia en un entorno poco chistoso.
Me he topado por casualidad con este cortometraje. Me llamó la atención el nombre, Don Perro. Pensé que sería quizá un anuncio de una peluquería canina o algo así, pero nada de eso, es un proyecto de animación breve presentado a un concurso que se celebraba hace años en Chile y que resultó finalista.
Un corto muy, muy corto (un nanometraje, según lo llamaban los impulsores de este concurso) dedicado en este caso a un perro haciendo cosas muy perras.
Su historia obtuvo una mención de honor en 2013 pero, ya lo veréis, podría haber sido creada este mismo año tanto en Chile como en España, por desgracia.
No es la primera vez que un can aparece en campaña, como recordaréis: Stefano aspiraba a la alcaldía en un pueblo de Sicilia. Y titán lo hacía en Oaxaca, México. Y había una carlino muy viejita y divina, Mildred, que hacía campaña para llegar a la Casa Blanca hablando de los perros senior.
Y aquí está Don Perro:
Pues sí, Don Perro tiene la solución porque los políticos...