Los anuncios contra el abandono de perros fomentan la creatividad, qué remedio, porque es un grave problema en todo el mundo y las constantes campañas que se hacen para paliarlo, para evitarlo, no parecen surtir demasiado efecto.
En España las cifras reales no se conocen, los únicos datos son los que suele ofrecer el informe de Fundación Affinity y esos solo son la punta del iceberg y aún así nos colocan a la cabeza del abandono animal en la UE.
Algunos buscan chocar, otros conmover, los hay que "humanizan" a los perros para así intentar fomentar la empatía y los hay que utilizan el humor, incluso el humor negro.
¿Cuál es la mejor manera de captar la atención de aquellos que son inmunes a las campañas de las protectoras contra el abandono y a favor de la adopción responsable? A saber... posiblemente una mezcla entre educación y multas mezclada con un mucho de empatía y otra gran dosis adicional de civisimo y aún más educación. Quizá otra herramienta es la vergüenza, algo que tienen en común estos vídeos: la vergüenza de ser el que abandona y la de no ser capaz de ayudar.
Dos perros en la calle, en teoría abandonados junto a un cartel que explica su historia... Una escena que en este caso es ficticia pero que por desgracia es bien creíble.
Es un presunto experimento social: su objetivo no es concienciar contra el abandono pero es una verdadera bofetada contra la falta de humanidad con los canes, con los animales.
Este vídeo lo grabaron el invierno pasado, en Nueva York. ¿Quién parará a ayudar? La respuesta os puede sorprender. Alguien que sabe lo que es pasar hambre.
Este otro spot utiliza el humor y la vergüenza como herramienta para luchar, aquí sí, contra el abandono: tiene unos años pero es igual de válido ahora.
El que abandona es un looser, un pringado en toda regla. El mensaje es doblemente bueno porque deja claro que los perros abandonados no "perros con problemas", los que realmente tienen un problema son los humanos que actúan así.
Son dos cuestiones paralelas que están intimamente relacionadas: el abandono y la necesidad de fomentar las adopciones responsables.
No en vano las protectoras en todo el mundo se esmeran por concienciar sobre ambos problemas, intentando que los humanos se sientan héroes al adoptar o que comprendan que los cachorros crecen, es crucial tomar una decisión meditada para evitar que una adopción desemboque en un abandono (o peor).
Es importante educar en la empatía y la responsabilidad, sobre el compromiso que se adquiere al elegir compartir tu vida con un perro para que escenas como la que compartimos al comienzo de este texto no puedan ser reales.