Uno de los peores aspectos del trastorno de estrés postraumático, explican los expertos, es revivir el trauma mientras se duerme en forma de pesadillas o terrores nocturnos.
Esto hace que los veteranos que sufren PTSD, por sus siglas en inglés, tengan incluso miedo de quedarse dormidos. Y ahí es dónde, una vez más, un can puede ser el mejor aliado.
Con entrenamiento y a través de un vínculo realmente fuerte, un perro de asistencia puede detener el episodio antes de que empeore demasiado.
Aquí lo demuestra Poppy, una perra que fue rescatada por Dogs Trust y posteriormente formada por Service Dogs UK, ella es una de sus "ambasaDOGs": una vez que percibe que la persona está angustiada, encuentra una ruta segura hasta ella y, como véis, da lametazos suaves y con su cuerpo hace presión para brindarle tranquilidad.
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