Imagino, sin ser CSI, que no es casualidad: han vuelto a tener que cerrar la Playa de Llenaire tras el envenenamiento de un perro hace una semana. Esta playa perruna de Pollença, en Mallorca, debe de haber molestado a algún no perruno, pero mucho. Es el tercer envenenamiento ya, que sepamos, dos de ellos mortales. ¿Cómo se puede ser tan, tan... ? lo siento, no encuentro el calificativo para describir a quien hace algo así.
El Ajuntament de Pollença ha cerrado temporalmente la playa y, tal y como recuerdan desde el diario Última Hora, no es la primera vez. Ahora que ha terminado la temporada de baño, se permite el acceso de perros a toda la playa, no sólo al área delimitada para canes. Y ha vuelto a suceder, un perro ha caído enfermo tras estar en este área.
¿Hasta dónde puede llegar la gente en su odio a los canes?
En el verano de 2013 murieron dos perros poco después de que se habilitara esta playa perruna... por ingerir un veneno que se utiliza para acabar con caracoles y babosas.
Debió de ser horrible. El segundo can, un Golden Retriever, había venido junto a su familia desde Alcudia para pasar un día de playa. Lo que cuentan en El Diario de Mallorca sobre su final no es lectura agradable.
En su momento, tras volver a abrir la playa, el Ayuntamiento recomendó que no se dejara a los perros corretear libremente y llevarlos con bozal para evitar que pudieran comper algún cebo envenenado. Añadiendo que "será responsabilidad de los usuarios seguir estas directrices para evitar daños a los animales".
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