Miles de perros se pierden en España cada año, no es que los abandonen es que se pierden: un susto, un petardo, un collar que se rompe, una perra en celo o incontables posibilidades más... Por desgracia no es infrecuente ¡y qué mal se pasa!
En la mayor parte de España es obligatorio que los perros lleven chip, algo que es realmente útil en esos casos, siempre que la información asociada al microchip sea correcta.
El problema es que no todo el mundo cumple la norma y no todo el mundo es consciente de lo importante que es actualizar sus datos en caso de mudanza o cambio de móvil.
Algunas pistas básicas: revisar bien el collar del can, que no esté tan flojo que pueda desprenderse de él si en algún momento algo le asusta.
En época de petardos hay que andar con mil ojos, nunca sabes cuándo algún gracioso va a pegar un petardazo cerca de ti. Algunos perros se convierten en Houdini en ese momento.
Algunos canes sufren una ansiedad por separación tan severa que, igualmente, se convierten en maestros del escape: si es tu caso, intenta hablar con algún educador canino para que te de pautas y evitar males mayores.
Hay que tratar de no dejar a los perros solos en la puerta de comercios en zonas muy transitadas, sigue habiendo robos...
Es más que útil reforzar y trabajar (con mucha chuche) alguna llamada "infalible", incluso usando silbatos especiales: así si tu perro se despista, le podrás llamar de forma eficaz. Hay veces que los gritos son contraproducentes y sí escuchan el silbato. Si está jugando o siguiendo un rastro y te pierde de vista, en ese momento podría perderse salvo que puedas llamarle de forma que te escuche por encima de todos los demás sonidos.
Si sabes que tu perro no atiende a tu llamada, no le dejes suelto en zonas que no controlas.
Y, sin duda, otro consejo básico es que le pongas una chapa con un teléfono en el collar o, incluso, que escribas el teléfono en el propio collar.
En SrPerro, ya sabéis, tenemos modelos de chapas todo tipo.Hay quien prefiere no poner el nombre del perro y sólo poner el teléfono, mientras a través de la chapa se pueda encontrar al dueño, el nombre es lo de menos.
Dos consejos básicos, por un lado avisar al Registro o Archivo de Identificación de Animales de Compañía de tu Comunidad, ahí es donde -a través del número del microchip del perro están asociados tus datos de contacto-. Y por otro, a las autoridades municipales, a la Policía, Guardia Urbana...
Hay que tener en cuenta que no hay una base de datos centralizada con toda la información de los chips de los canes, cada Comunidad tiene la suya: así que si se pierde tu perro mientras estás en otra ciudad o comunidad, da el aviso en ambas localidades.
También es muy útil correr la voz en redes sociales.
Cualquier ayuda es poca en esos momentos, sé lo mal que se pasa. Cuando era un cachorro -como en la foto- Colega estaba jugando con otros perros en la zona del Museo del Prado y se despistó. Salió corriendo y cruzó el Paseo del Prado hacia, ¡no sé bien hacia dónde porque le perdí de vista!
Le busqué preguntando a todo el que me cruzaba por la calle, recorrí el camino que hacíamos diariamente como alma en pena y con una miedo paralizante en el cuerpo. Llegué a casa, nada. Volví a emprender el camino de vuelta y ahí, en una tienda en la que me conocen, estaba Colega.
Le vieron pasar andando solo y le cogieron. Ellos me llamaban (Colega llevaba una chapa con mi teléfono) pero yo les colgaba: estaba tratando de llamar a la policía... Cuando le vi casi me da un yuyu, pero de felicidad.