Se acerca la época en la que familias y amistades piensan en regalos para alegrar a los suyos y en esa la lista, demasiadas veces, aparecen los cachorros o los perros.
No es, normalmente, una buena idea: la decisión de compartir la vida con un can debería de ser muy meditada y personal. Es parte importante en ese proceso, no podemos elegir por otros o pensar que un cachorro será útil para enseñar responsabilidad a un niño... Y hay muchas otras razones por las que regalar un cachorro no es recomendable.
Por eso mismo hay protectoras de animales que todas las Navidades paralizan el proceso de adopción de cachorros, otras -como Sara Lanzarote- que lo paralizan por completo.
"Ellos no son un regalo, son miembros de la familia, y su adopción debe ser responsable y muy meditada", ese es el mensaje claro y contundente de esta asociación.
No es la única que toma una medida así de drástica: para concienciar e intentar que más personas reflexionen sobre lo mucho que te cambia la vida tener perro (y, por ende, de lo mucho que hay que pensárselo antes de adoptar).
Las consecuencias de esos regalos son evidentes: durante los primeros meses del año el 33% de los abandonos de animales son fruto de regalos navideños, explicaban desde Dejemos Huella hace un par de años.
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