En el entorno laboral, los perros pueden reducir el estrés, fomentar la creatividad y el compañerismo, entre otros muchos beneficios, incluidos beneficios empresariales. Y lo que está claro es que para un humano perruno es un verdadero lujo poder acudir al trabajo en compañía de su can, o saber que puede ir al veterinario en horario de oficina sin que sea un problema.
Esto es justamente lo que sucede en Royal Canin, una empresa que es doblemente perruna puesto que además de animar a sus “asociados” -como denominan a sus empleados- a traer a sus canes, algunos además ejercen dehogar temporal para perros de Fundación Bocalán que luego se convertirán en perros de asistencia para niños con autismo.
En las oficinas de Royal Canin en Madrid no hay despachos cerrados, es un espacio abierto con cristaleras aquí y allá, salas de reuniones y, por supuesto, un área de lo más perruna en la que los canes siempre encuentran agua y comederos y los humanos disfrutan viendo los retratos de todos los visitantes de cuatro patas que habitualmente alegran el día a las personas que aquí trabajan.
Es fácil encontrarse de manera cotidiana con más de un perro tranquilamente dormitando mientras su humano atiende a sus quehaceres laborales.
O con algún can espabilado, como Hada, la simpática Caniche Toy de María José, que aprovecha para intentar convencer a cualquiera que pase a su vera para que le tire un rato la pelota.
Nos confiesan que con frecuencia, lo consigue J
La política pet friendly de Royal Canin, explican, es abierta: lo importante es que sea una experiencia positiva para todos, tanto para los humanos que están en la oficina, tengan o no tengan perro, como para los propios canes.
Puedes ir a trabajar con tu perro y también puedes ir al veterinario en horario de trabajo si surge un problema. A partir de ahí, se valora cada caso para intentar, ante todo, cuidar el bienestar del animal y para garantizar a los asociados que siempre podrán atender a sus perros lo mejor posible.
Como explica Luis González del Campo, que suele venir a la oficina con Neo, a él le hace estar más contento el hecho de poder compartir su día a día con el can. “Incluso me relaciono mejor con mis compañeros, ¡todo el mundo viene a saludarle! Es uno más del equipo”.
Todos se preocupan de que las demás personas que están alrededor estén cómodas cuando hay un perro cerca y, cómo no, se aseguran de que su propio can no se ponga nervioso o lo pase mal en ese entorno.
Carlota de Lucas, por ejemplo, vio que su perra recién adoptada, Malika, no lo pasaba nada bien cuando la traía a la oficina y al final optó por dejarla en casa. Pero ella también agradece enormemente la política de Royal Canin por otras razones:
“Malika llegó a nuestra casa desde un refugio con dos años y traía muchos miedos, problemas de comportamiento y algunos problemillas de salud. Ha hecho falta dedicarle tiempo y muchísimo cariño pero hoy, casi un año después, los resultados están siendo súper positivos. Algo que ha simplificado mucho nuestro día a día es saber que podía encajar las citas con el veterinario o con su entrenador con cierta flexibilidad, incluso aunque en ocasiones haya coincidido con horario laboral”
En general, lo que se ven son sonrisas y mimos hacia los perros en las oficinas de Royal Canin. Es algo normal para ellos y eso es lo que a mucha gente le dará más envidia.
Incluso aquellas personas que no conviven con un perro agradecen la política pet friendly de la empresa. Esto es lo que comenta Joana Mateus, una asociada que no tiene can:
“La verdad es que es una alegría llegar a la oficina y poder saludar a Athos, a Zuri, a Coby... Tener perros en la oficina me recuerda todos los días cual es nuestro propósito, el objetivo de mi trabajo diario. Para mí, que ahora no puedo adoptar a un perro aunque me encantaría, es una oportunidad enorme de poder compartir el espacio y el día con ellos. Además, los perros animan muchísimo las pausas para el café, generan conversaciones y nos ayudan a relajarnos en nuestro día a día.”
Claro que los que tienen un lugar especial en el corazón de todos los asociados de Royal Canin en Madrid son Zuri y Athos, dos guapérrimos labradores que, en el futuro, serán perros de asistencia para niños con autismo tras ser entrenados por Bocalán, una Fundación que desde hace años se dedica a mejorar la calidad de vida de personas en situaciones de discapacidad o desventaja social a través de la implementación de programas de perros de asistencia o terapia y de educación asistida con animales.
Entre tanto, para colaborar en su proceso de socialización y cuidarlos como se merecen, estos canes viven en familia con distintos asociados de Royal Canin durante aproximadamente un año.
Es una experiencia increíble, como podréis comprobar por las palabras de Ernesto Larre, un asociado que ha podido comprobar el “efecto perro” en sus propios hijos:
“Como padre de dos niños dentro del espectro autista, haber tenido la oportunidad de participar en el proyecto de hogares temporales con Bocalán significó vivir en carne propia lo que un perro puede mejorar la calidad vida de toda una familia. Es simplemente indescriptible haber visto a Athos hacer reír a uno de mis hijos en medio de una rabieta o conseguir que el otro lo paseara por lugares que antes le daban miedo al sentirse protegido por él.
Además el proyecto me reafirmó que trabajo con personas fuera de serie, que dedican tiempo y esfuerzo personal para hacer un mundo mejor para niños como mis hijos y eso me hace sentir, orgulloso, agradecido y honrado de poder trabajar a su lado. Será difícil ver partir a Athos y a Zuri pero el hecho de saber que nacieron para ser héroes y fui parte de su desarrollo hace que todo merezca la pena”
