Un coche atropelló a Bear: el accidente fue tan brutal que tuvieron que optar por quitarle ambos ojos y también perdió -aunque eso, quizá fuera una suerte- a quien había sido su dueña hasta entonces. Pasó por la clínica veterinaria para identificar al can y dijo que ya no lo quería, no podía asumir el coste de las operaciones... Una de las personas que trabajaban en esa clínica decidió que Bear, que entonces era un jovenzuelo de un año, se merecía una nueva oportunidad: ella y su hija adolescente, Katie, lo adoptaron. Desde entonces el can se ha transformado y, de propina, ha transformado un poco sus vidas.
Este Pit Bull, cuyo día a día siguen más de 140.000 personas en instagram, se ha convertido en fuente de felicidad e inspiración para muchos.
Reparte besos cada vez que puede y Katie, su joven humana, ha ido compartiendo sus progresos para mostrar lo bien que Bear navega ya por el mundo, utilizando su sentido del olfato y del tacto. Así espera concienciar y animar a más personas a plantearse adoptar a algún can especial, como Bear. Puede que necesite cuidados extra pero está tan dispuesto a disfrutar de la vida como cualquiera.
"Bear es un perro increíble",explica Katie a The Dodo. "Nada puede impedir que lleve una vida feliz y normal, ni su ceguera ni su raza. Me ha enseñado que el amor no es lo que ves sino lo que sientes."