Rescatar, rehabilitar, repetir: esa es la versión muy resumida del lema de The Beagle Freedom Project, El Proyecto de Libertad para los Beagles, una organización sin ánimo de lucro que ha salvado a miles de Beagles de laboratorio desde 2010. Sin importar dónde estén o en qué condiciones, el BFP contacta con los laboratorios y se hace cargo de los animales. En paralelo, denuncian y actúan ante cualquier situación de maltrato de la que tengan noticia.
Algo que, inevitablemente, nos lleva a pensar en Vivotecnia, el laboratorio de Tres Cantos, Madrid, donde a día de hoy siguen experimentando con animales, donde sigue habiendo al menos 130 perros Beagle pese a la oleada de indignación que se generó tras conocer, el pasado mes de abril, el brutal maltrato al que habían sido sometidos tantos de esos animales.
¿Qué es lo último que se sabe sobre Vivotecnia? Los animales siguen ahí, los experimentos nunca cesaron. Según han narrado recientemente El País, la investigación prosigue y la misma persona que grabó las imágenes que mostraban el horror de ese labotatorio ha ofrecido aún más detalles sobre lo que vio mientras trabajó allí, declarando ya como testigo protegida en el juzgado:
"La técnico de veterinaria apuntó directamente a la cúpula de Vivotecnia, a quien responsabiliza de las imágenes que almacenó como pruebas de un delito en el que estaban implicados casi todos los trabajadores. Solo una persona, aparte de ella, levantó la voz y mostró claramente su disconformidad. El resto participaba de una u otra manera de esa cultura. Tanto es así, que cuando alguien se quejaba y alertaba de que se incumplía la normativa, recibía burlas de sus propios compañeros."
Y, de propina, ha explicado que no solo había un maltrato generalizado sino que en Vivotecnia "se manipulaban los resultados de los ensayos para aprobar estudios que después pasaban a una segunda fase de experimentación con seres humanos"
La presidenta de The Beagle Freedom Project, Shannon Keith, ha dedicado su vida a poner el foco sobre los Beagles de laboratorio. Antes de fundar BFP lo hacía a través de otra organización llamada ARME (Animal Rescue, Media & Education).
En este reportaje nos muestran la gran labor que desempeñan, porque en EEUU las cifras son exponencialmente más altas, allí puede haber hasta 70.000 perros dentro de laboratorios.
A diferencia de EEUU, en Europa está prohibido el testado en animales por fines cosméticos así como la venta de cosméticos que hayan sido testados en animales en cualquier parte del mundo, incluyendo cosméticos cuyos ingredientes o combinaciones de ingredientes puedan haber sido experimentados en animales.
Por eso BFP ha desarrollado la aplicación Cruelty Cutter, para ayudar a los consumidores a evitar comprar productos de limpieza o cosméticos que hayan sido testados en animales.
Pero, evidentemente -como tantas personas han descubierto, por desgracia, a través del caso Vivotecnia- se sigue testando en animales cuando no es por fines cosméticos. Y también en España se crían animales para ello, Beagles que nacen y "viven" en laboratorios, y que nunca conocerán lo que es ser perros queridos salvo que tengan la inmensa suerte de ser rescatados, como este grupo del que se hicieron cargo en Animal Rescue.
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