Hace tiempo entrevistamos virtualmente a Pablo, la mitad humana de Bikecanine, un equipo perri-humano que recorre el mundo en bici, compartiendo sus experiencias y dándonos mucha envidia a todos. Siempre me acuerdo de ellos -de su energía positiva y de sus sonrisas satisfechas- cuando me topo con los relatos de otras personas que también tomaron esa decisión: dejar su trabajo y su vida "normal" para dedicarse a viajar, en compañía de su perro. Todos parecen tener algo en común: derrochan la misma energía positiva, contagian sus ganas de vivir cada día con pasión y son generosos ofreciendo todo tipo de pistas e información práctica: buscan inspirarnos a los demás a correr nuevas aventuras en la mejor compañía posible, la de un perro que disfruta a tu lado.
¿Por qué viajar con un perro si eso complica las cosas?Es lo que se preguntarán, quizá, los que no tienen perro al toparse con alguna de estas historias.
A mí me ha encantado la explicación que ofrecen Dave y Jen, una pareja de Portland que lleva ya más de dos años de aventura mayúscula en bici junto a Sora, una Pastor Ovejero Australiana. Son Longhaultrekkers en la web, en facebook y en instagram.
Son aventureros, son solidarios, ofrecen todo tipo de consejos que hacen que parezca fácil viajar como ellos...seguir su trayectoria e historias genera un buen rollo considerable.
"Sora duerme a nuestros pies cada noche y se achucha entre nosotros cada mañana. Ella nos recuerda constantemente que hay que jugar y nos ayuda a hacer nuevos amigos. Los viajeros que encontramos se acuerdan de sus propios perros, los que dejaron en casa, cuando Sora reparte su cariño. Al pasar a toda velocidad los niños gritan felices y los adultos nos señalan con el dedo y una gran sonrisa.Tenerla con nosotros intensifica la aventura."
Este trío ha viajado por Europa, los Balcanes y Turquía. Ahora están recorriendo América Latina. Han estado con Sora en uno de los sitios que, desde hace mucho tiempo, sueño con visitar: el Salar de Uyuni, en Bolivia. Esta foto la han compartido en su instagram.
Ellos lo tienen claro, este viaje vital que han emprendido tras dejar sus trabajos es la mejor decisión que han tomado nunca. No dejéis de leer este post en el que lo explican, en el que animan a los demás a hacer como ellos y planear un cambio de vida.
No es una decisión tomada a la ligera, tiene que ser una pasión porque el camino no siempre será fácil, hay que tener en cuenta cómo conseguir dinero, por supuesto (muchos de estos viajeros son periodistas freelance, escriben o generan contenidos para otros y también tienen patrocinios de marcas afines, etc.)
En el caso de este trío su viaje también ha tenido otra consecuencia positiva: ha transformado a Sora. La perra, adoptada cuando tenía tres años, tenía problemas de comportamiento: era tímida con humanos y recelosa con otros perros. Ahora, tras ir poco a poco logrando asociaciones positivas con gente y cuidando sus encuentros con los muchos perros callejeros que se han topado... es como si fuera otra perra, explican.
En su web encontraréis muchos consejos prácticos para los que se planteen viajar en bici con un perro. También podéis encontrar muchísima información en castellano en la web de Pablo, de Bikecanine.
Seguro que las reflexiones y vivencias de Dave, Jen y Sora inspiran a otros viajeros. De hecho, ¡ya lo han hecho! :-) No os perdáis el comienzo de una nueva aventura, la de este cachorrote recién adoptado en Perú.