Barclay es un Golden Retriever bonachón, curioso y juguetón que vive con su familia humana, con otro amigo perro y con unos cuantos patos. Él iba a investigar al corral de los patos, ahí había agua y seres que debían resultarle interesantes. Y así, visita a visita, comenzó su gran amistad con Rudy, el Pato Pekin.
¡Es realmente genial verlos en acción! Juegan o se pelean, Barclay le huele el trasero a Rudy y luego siestean acurrucados. Son compañeros felices, contra viento y marea.
"Cuando están juntos siempre hay uno que está persiguiendo al otro pero cuando están separados, siempre se están llamando el uno al otro", dice su dueña.
Además, parece que ninguno de los otros habitantes de la casa quiere jugar, así que ellos se entretienen juntos. Y nos hacen sonreír a los demás.
Y no es la primera vez que un pato y un perro forman un vínculo así. Lo curioso, -¿será por su común amor por el agua?- es que con cierta frecuencia son Golden Retriever los que se animan a entablar amistad con los patos.
Aquí tenéis a Occy el perro y Biggie el pato.
Sí, la afición por el agua une, eso es así :-)
Un ejemplo más: aquí un pato ha sido el encargado de animar a un can que estaba realmente triste tras la muerte de su compañero perruno.