Son perros que viven con sus familias pero que, además, han aprendido a ayudar a otros humanos: los equipos perri-humanos de ACATH -24 personas y 33 perros- trabajan de manera profesional pero altruista en la búsqueda de personas desaparecidas en Cataluña y también preparan perros de alerta médica para personas con epilepsia.
Los entrenamientos que reciben los canes que forman parte de las unidades caninas de ACATH son constantes y rigurosos, como veréis en el reportaje: así están siempre a punto para poder echar una pata a los bomberos de Cataluña cuando hay que localizar a alguna persona que se ha perdido, cuando la vida de algún humano está en peligro y nadie sabe donde está.
Es entonces cuando el prodigioso olfato de estos perros, entrenados mediante el juego, entra en acción: porque los canes son más ágiles, ligeros y rápidos que las personas y ellos pueden detectar un rastro humano a 500 metros de distancia, tras montañas de escombros o bajo la nieve.
En el caso de los voluntarios de ACATH, todos los canes viven con sus familias, tanto humanas como perrunas. En el caso de Salvi Figueres, vicepresidente de ACATH y Guía de Sama, son cinco canes en total.
El proyecto de ACATH cuenta con el apoyo de Bayer