A Abigail la rescataron en una investigación sobre una red de peleas de perros. Lo más probable es que ella fuera utilizada como carnaza, para jalear a otros canes e incitarles a morder y a pelear: cuando la encontraron estaba en un estado lamentable, llena de pulgas, anémica y con heridas profundas en un lado de su cara, le habían arrancado una oreja...
Ahora su historia, su recuperación y su nueva vida feliz, transmite un mensaje claro contra esa violencia.
Una protectora, Love is Fur Ever Dog Rescue, decidió intervenir y hacerse cargo de Abigail tras conocer su historia a través de las redes sociales. Entonces, los veterinarios trataron las heridas de Abigail, fue operada varias veces y ella puso todo de su parte para mejorar a marchas forzadas.
Pronto pudimos verla moviendo el rabillo feliz y contenta.
Como tiene que llevar vendas para cubrir sus heridas a alguien se le ocurrió ponerle un gorro. Y compartieron la foto en su página de facebook y... sí, el resto es historia, como suele decirse.
El gorro y la cara de buenaza de esta perra, así como su duro pasado, ha inspirado a gente de todo EEUU, de Rusia y del Reino Unido, a enviar más y más gorros para Abigail, primero para desearle una pronta recuperación y luego para seguir apoyando un mensaje muy importante: su historia se ha convertido en todo un alegato contra las peleas de perros y, también, contra los estereotipos sobre las razas peligrosas porque Abigail es una mestiza de Pit Bull.
Desde su página de facebook podéis seguir los progresos y aventuras de esta belleza de perra que, por primera vez, en su magnífica casa de acogida, descubrió lo que era recibir cariño y cuidados y tener una cama calentita para ella sola.
Aunque -por suerte- no por mucho tiempo...
Porque Abigail fue adoptada :-) Encontró una familia espléndida, tanto humana como canina. Ahora tiene una hermana perra, también adoptada, con la que compartir juguetes y juegos y la cama si hace falta.
Abigail y sus humanos continúan con la labor de concienciación y ella, entre tanto, sencillamente... disfruta. No hay más que entrar en su página de facebook para ver lo bien que lo pasa en su nueva vida.
Ojalá todos los canes maltratados pudieran tener una nueva oportunidad para ser felices y para contagiar felicidad, como Abigail con sus gorros y su talante cariñoso y zampable.
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