HISTORIA
ACTUALIZO
Lisa ya no está, nos dejó el día 6 de abril de este año (2018), con 15 años. Tenía un tumor en una mama que le había crecido mucho, como ya era tan mayor, no la operamos porque sabíamos que el riesgo de que muriese en la mesa de operaciones era muy alto, el problema era que le empezaron a salir tumores más pequeños en otras partes del cuerpo, (otro en otra mamá y otro más en un hombro). La noche del jueves 5 empezó a tener pequeñas convulsiones por el dolor, se encogía y temblaba y cerraba los ojos; cuando mi madre vio que ya no podía sostenerse sobre sus patas traseras llamó a la veterinaria para concertar una cita urgente para dormirla.
Ya se había hablado de ello, de hecho una de las veterinarias nos recomendó empezar con cuidados paliativos un par de semanas o una semana antes. Tenía un agujero en el tumor de tanto chuparse, a pesar de que la curabamos y le poníamos su venda y una camiseta vieja, pues con otros animales en casa un collar isabelino no era la mejor idea, y le dimos la medicación. Sin embargo yo creía que iba a curarse, ya que sobrevivió a una infección de útero, esto fue en noviembre, y que nos iríamos a casa con mi compañera perruna una vez más.
Pero no, mientras íbamos en el coche camino del veterinario no pude evitar echarme a llorar, Lisa había estado conmigo desde que tenía 3 meses. Y la semana anterior había tenido su último celo y parecía más animada e incluso jugaba con el gato (tengo un gato de dos años) pero no. Ningún perro podrá sustituir a Lisa ni siquiera Volga, una cachorra de los golden retriever de mi hermano, Bart y Maggie.
Lisa era especial, no habrá nadie como ella jamás, de no tener a Volga en mi vida no creo que hubiese querido tener más perros.
Cierro esta actualización con unas palabras dedicadas a mi pequeña:
LISA GRACIAS POR TODO LO QUE ME HAS DADO, JAMÁS TE OLVIDARÉ, JAMÁS TE OLVIDAREMOS.
