HISTORIA
Conocimos a Gus un día que íbamos de visita a casa de mi tía, que vive en el campo. Todo lo que sabemos de Gus es que había pasado esa noche allí, y la anterior en casa de una vecina. Dimos una vuelta con el para ver si se iba hacia alguna casa, pero se nos pegó como diciendo "he encontrado una familia, no me pienso separar de vosotros". Así que lo lavamos (estaba resucio y lleno de garrapatas) y lo llevamos al veterinario, a comprobar si tenía chip (ya habíamos comprobado que no llevaba chapita). Tampoco tenía chip, así que se fue de nuevo al campo con mi tía. Hicimos carteles de "perro perdido", pero nada, nadie llamo preguntando por el. Llegó el momento de tomar la decisión ¿lo llevamos a la perrera? Pero esa opción realmente nunca estuvo encima de la mesa. Mi tía, con otros 6 perros adoptados, no se lo podía quedar, así que... ese perro resucio pasó a ser Gustavito. No teníamos casa propia, ni trabajo; nuestra vista al futuro estaba, probablemente, en el extranjero, pero... Gustavito ya era uno más de la familia. Mi tía se convirtió en su madrina temporal, hasta que nosotros pudiéramos hacernos cargo de Gus. Un tiempo después de adoptar a Gus nos mudamos a Londres, una gran odisea logística, pero que valió la pena! Ahora Gus vive como un rey en Londres, le encantan los parques, las ardillas y el metro, hace agility y arrasa en los concursos caninos con categorías de "trucos".