Los perros se comunican a varios niveles a través de su cola: no solamente expresan su alegría al ver a su familia, también pueden transmitirnos miedo, recelo, amenaza... Y, sobre todo, se comunican entre sí a través de sutiles movimientos que nosotros con frecuencia no apreciamos, de ahí la importancia (entre otras razones) de no cortarles el rabo o las orejas a los canes.
La mayoría de las asociaciones de veterinarios en todo el mundo así como las asociaciones y protectoras están en contra de la mutilación estética, algo de lo que ese está hablando mucho estos días en España debido al lío que se ha montado con la ratificación del Convenio Europeo de Protección de Animales de Compañía.
Ahora mismo (marzo 2017) está prohibida la mutilación estética de los perros en siete CCAA: Aragón, Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Navarra.
Está por ver qué sucede finalmente en el Congreso porque cuando parecía que por fin se iba a prohibir en toda España la mutilación estética de los perros (el corte del rabo o de las orejas) de pronto el PP logró que prosperara su enmienda al Convenio Europeo de Animales de Compañía: de manera inesperada, con el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya y por el PNV, se aceptó la propuesta de los populares para que se permita cortar el rabo a "cachorros de las razas cazadoras o sus cruces, y en los casos en que su aptitud y por su actividad puedan sufrir lesiones en la misma y nunca por razones exclusivamente estéticas".
Así que toca esperar para saber si, finalmente, se logrará ratificar el Convenio en su totalidad o, nunca mejor dicho, mutilado.
¿Qué hay de cierto en la afirmación de que cortarle el rabo a los perros cazadores es beneficioso para su salud?
Parece ser que históricamente se creía que al cortarle la cola a un perro se reducía la posibilidad de que pudiera tener la rabia y se fortalecía su espalda... evidentemente, nada que ver con la realidad.
Y parece que tampoco la ciencia no le da la razón al PP. Uno de los análisis más amplios se ha llevado a cabo en el Reino Unido con datos de 138.000 perros: el riesgo ponderado de lesiones de cola (a perros a los que no les han cortado el rabo), detallan los investigadores, es del 0,23 por ciento.
Según sus datos, el 36% de las lesiones tuvieron lugar en el hogar y sólo el 17,5% al aire libre, el 14,4% por quedar la cola pillada en una puerta y el resto a otras causas.
Los perros que tienen más probabilidad de sufrir lesiones son los springer spaniels, cocker spaniels, galgos, lurchers y whippets, muy por encima de los labradores y otros retrievers. Eso sí, dicen los investigadores: hay que cortarle el rabo a 500 perros para evitar una sola lesión.
Es decir: sí, hay lesiones, pero son tan pocas que no justifican la mutilación generalizada de ciertas razas.
Tal y como explica en El Español Federico Villaplana, presidente del Consejo de Veterinarios de Cádiz: "el perro tiene un rabo y lo tiene por algo, para estabilizarse en la carrera y como forma de comunicación con otros perros".
Y hay un problema adicional para los perros con rabos y orejas cortados: son percibidos como más agresivos.
Diversos estudios científicos desvelaron que cuando un can tiene emociones positivas su cola se mueve ligeramente hacia la derecha y cuando tiene emociones negativas lo hace hacia la izquierda.
También es importante la altura: si está a la mitad significa que está relajado, si la mantiene en horizontal es que está alerta y si la sube significa que pretende resultar amenazante.
Además, otro estudio posterior llevado a cabo por el mismo equipo de científicos italianos mostró cómo los perros interpretan los movimientos de cola en sus congéneres. Les afecta y mucho.
Cuando los perros vieron una imagen de un can moviendo la cola a su lado derecho, se quedaron tranquilos. Pero cuando vieron un perro moviendo la cola al lado izquierdo, mostraron síntomas claros de estar agitados.
Todas esas "charlas" caninas son imposibles para un perro al que le han cortado la cola.